Candidatos de derecha trataron de desvirtuar la década ganada por Correa

Editado por Maria Calvo
2017-02-17 10:58:13

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por Roberto Morejón

Siete de los ocho candidatos a la presidencia de Ecuador para los comicios del domingo venidero trataron en campaña de cuestionar o restar importancia a la Revolución Ciudadana, encabezada por Rafael Correa y su movimiento Alianza País durante diez años.

Es tan abarcador su impacto social que los postulantes tuvieron serios problemas para sostener sus criterios reprobatorios, aunque con vista a captar simpatizantes a todo costo, emprendieron lo que el presidente Correa califica oportunamente como campaña sucia.

Rafael Correa dejará el gobierno después de 10 años en los que ganó tres elecciones de manera consecutiva, amparado por los alcances de las medidas de corte social dictadas, como el servicio de salud gratuito y la apertura de 15 hospitales en zonas de menos recursos.

A pesar de la pérdida de ingresos por la caída de los precios del petróleo, el gobierno ecuatoriano sostuvo el progreso notable del país, basado en obras de infraestructura pública.

Planes de vialidad, hidroeléctricos, educacionales y una política exterior independiente e integracionista con América Latina, caracterizaron a Ecuador en el más reciente período.

Se trata de un contraste con la anterior época de ingobernabilidad simbolizada por el derrocamiento de tres presidentes en diez años, la quiebra de más de la mitad de los 42 bancos del país e inflación galopante.

Lenín Moreno, candidato presidencial por Alianza País, propone proseguir las transformaciones favorables a las mayorías, pero varios de sus rivales en la contienda defienden romper con el esquema de los últimos 10 años y abrirse al neoliberalismo.

Para alcanzar su meta, muchos de los aspirantes a ocupar el Palacio de Carondelet así como políticos y medios de comunicación de derecha trataron de socavar la imagen del gobierno, apelando al flagelo de la corrupción.

Especial incidencia tienen los planes para involucrar a Jorge Glas, actual vicepresidente y candidato a repetir en esa responsabilidad en el binomio de Alianza País, en actos corruptos investigados por las autoridades.

El propósito de la oposición es mellar las simpatías del dueto Lenin Moreno-Jorge Glas, de Alianza País, aunque carezcan de pruebas para calzar sus sinuosas imputaciones.

Las encuestas lo señalan en primer lugar de intenciones, por debajo del 40% mínimo para ganar el domingo, aunque dispone de una ventaja de más de 10 puntos sobre su más cercano rival.

El binomio Moreno-Glas tiene un aval imposible de ignorar por sus contendientes porque expresa la garantía de continuidad de una revolución que impulsó la reducción de la pobreza y la desigualdad en Ecuador.

La oposición ecuatoriana no puede pulverizar esa evidencia en su frenética carrera hacia Carondelet.



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