Ahora viene la batalla por el Parlamento francés

Editado por Maite González Martínez
2017-05-08 10:44:27

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Parlamento Francés. Imagen archivo.

Por: Guillermo Alvarado

Con la tasa de abstención más elevada de los últimos 47 años, el 66 por ciento de los asistentes a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia le abrieron las puertas del Palacio del Elíseo a Enmanuel Macrón, quien a los 39 años será el jefe de Estado más joven en la denominada V República, fundada en 1958 por Charles de Gaulle en ese país europeo.

El resultado no fue ninguna sorpresa porque ya todas las encuestas de intención de voto daban por segura la victoria de este político sin mayor experiencia en la administración pública, cuya elección es el resultado de la debacle de los partidos tradicionales que en los últimos años no cumplieron con las expectativas de la población.

Una economía prácticamente desgastada, o en retroceso desde hace unos siete años, elevadas tasas de desempleo que rompieron las marcas históricas, sobre todo entre los menores de 25 años donde uno de cada cuatro están sin trabajo, o tienen contratos temporales con salarios reducidos, así como el elevado costo de la vida, figuran entre las razones del desencanto de la mayoría de ciudadanos franceses.

Esto significa que los retos para el presidente electo son muy elevados, y su capacidad para cumplir con sus promesas de campaña dependerán en buen grado de lo que el movimiento En Marcha, que lo llevó al Elíseo, pueda conseguir en los comicios parlamentarios, esto es para la Asamblea Nacional y el Senado de la República, programados para el 11 y 18 de junio.

La batalla estará centrada sobre todo en la Asamblea, cámara legislativa que, a diferencia de otras naciones, tiene más privilegios que el Senado a la hora de aprobar leyes y otras iniciativas, entre ellas el control de los actos del ejecutivo.

Este órgano está compuesto por 577 diputados y durante las últimas décadas el partido de gobierno ha disfrutado de la mayoría simple, formada por 289 escaños, algo que según los primeros sondeos Macrón tendrá difícil de alcanzar.

Un primer obstáculo es que su movimiento político, En Marcha, apenas tiene un año de fundado y aunque presentará candidatos en todas las circunscripciones, todavía no tiene un sólido arraigo regional, departamental o municipal.

Su elevada votación de este domingo contra su rival, la ultra derechista Marine Le Pen, no debe confundirse con un fuerte apoyo popular hacia su figura o programa.
Uno de cada tres ciudadanos se abstuvo o votó en blanco y muchos otros, más que emitir un sufragio a favor de En Marcha, lo hizo para evitar la eventual victoria de Le Pen y sus consecuencias a nivel europeo.

En las legislativas, al contrario, las cuestiones locales o regionales suelen tener más importancia que los asuntos nacionales o globales, por lo que el voto tiene otras características.

Sin un equipo propio para conformar un gabinete, para el cual tendrá que buscar alianzas con figuras del centro y la derecha, Macrón tiene un mes para conseguir la difícil mayoría legislativa, porque de no lograrlo sus dificultades se multiplicarán ante una sociedad que le exigirá resultados a corto, muy corto plazo.



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