México, que pena

Editado por Maite González Martínez
2017-05-17 07:44:22

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Foto/ Segundo Enfoque

Por: Guillermo Alvarado

El gobierno de México, que preside Enrique Peña Nieto, expresó su disgusto por un reciente informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos según el cual la hermana nación latinoamericana es la segunda en el mundo por el número de asesinatos cometidos en 2016, con un total de 23 mil fallecidos en acciones violentas en el marco de la guerra contra el narcotráfico.

Un airado comunicado del ejecutivo difundido el 10 de mayo aseguró que esa nación “está lejos de ser uno de los países más violentos del mundo”, pero la empecinada realidad se encargó ese mismo día de demostrar lo contrario, y los más recientes acontecimientos vinieron a confirmar la trágica ola de muertes sufridas por ese pueblo.

Justamente cuando millones de mexicanos celebraban el Día de las Madres, un dato para nada desdeñable, desconocidos atacaron a balazos y mataron a la activista Miriam Elizabeth Rodríguez, una figura destacada porque tras la desaparición en 2012 de su hija, Karen, ella sola, sin ayuda de ninguna institución pública, investigó el secuestro y halló sus restos dos años después en una fosa clandestina.

Con el peso de la evidencia obtenida en sus manos, Rodríguez forzó a los aparatos de justicia a detener, enjuiciar y condenar a los culpables del asesinato, pero estos se fugaron poco después de una prisión de Ciudad Victoria, junto a otros 29 detenidos.

Que hayan escogido el Día de las Madres para perpetrar su siniestra venganza da muestra del sentimiento de impunidad de estos criminales, que enviaron así un despiadado mensaje de desprecio a toda la sociedad mexicana.

Si esa no fuera suficiente razón para despertar la indignación de la gente, este lunes fue asesinado en Sinaloa el escritor, investigador y periodista Javier Valdez, especialista en temas de narcotráfico en una región que fue feudo del capo Joaquín, el “chapo”, Guzmán y que ahora es territorio en disputa de varias bandas.

Valdez era toda una personalidad y disfrutaba del respeto y el reconocimiento de sus conciudadanos y colegas pero, por la naturaleza de su trabajo, no se hacía ilusiones sobre su futuro en una nación donde la elevada tasa de criminalidad sólo compite con la indolencia de las autoridades.

"Ser periodista es como formar parte de una lista negra. Ellos van a decidir, aunque tú tengas blindaje y escoltas, el día en que te van a matar", dijo premonitoriamente en octubre de 2016 en una entrevista al diario La Jornada, del cual era corresponsal.

Autor de varios libros, Valdez conocía el medio en el cual se desenvolvía y tampoco sentía ningún amparo en las instituciones públicas. Así, en esa entrevista agregó que "No hablamos solo del narcotráfico, una de nuestras acechanzas más feroces. Hablamos también de cómo nos acecha el Gobierno. De cómo vivimos en una redacción infiltrada por el narco, al lado de algún compañero en quien no puedes confiar porque quizá sea el que pasa informes al gobierno o a los delincuentes"

Es el sexto comunicador asesinado este año en México y, aunque no le guste al presidente Peña Nieto, su muerte viene a confirmar que no solo se trata de uno de los países más violentos, sino que también el más peligroso para ejercer el periodismo.

Qué pena, México, tan bonito y tan sangriento. ¿Hasta cuándo? FIN

 



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