Imagen ilustrativa tomada de Televisión Avileña
Por Roberto Morejón/RHC
Con una transparente trayectoria en el cumplimiento de las prerrogativas ciudadanas, Cuba presentó su candidatura a integrar el CDH, Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para la etapa 2021-2023.
Al empeño se opusieron extremistas de derecha, en una maniobra que encaja en los planes de Estados Unidos.
La mayor isla de las Antillas sustenta su aspiración en avances innegables en salud, educación, ciencia y técnica, amparo a vulnerables e infancia, así como en logros en los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.
Cuba cumple compromisos y deberes adquiridos en correspondencia con tratados internacionales en materia de las libertades y es Estado parte de 44 instrumentos en la materia.
Sin embargo, algunos exponentes de las más rancias corrientes adversan la candidatura de la nación caribeña al comité de 47 miembros, electos por la Asamblea General de la ONU.
Esa posibilidad de votación en un organismo abierto irrita a los ultraradicales, entre ellos José Miguel Vivanco, directivo de la cuestionada Organización NO Gubernamental Human Rights Watch.
En entrevista al obcecado rotativo español ABC, Vivanco lamentó lo que llamó “un importante apoyo político” de Cuba en la Asamblea General.
Los acérrimos antagonistas del proyecto de justicia social en Cuba y de su modesta contribución con el mundo en la salud, se retuercen cuando los pueblos manifiestan gratitud hacia La Habana.
Son los mismos que presentan a Estados Unidos, promotor del rechazo a la propuesta de Cuba a integrar la CDH, como modelo de acatamiento de las libertades esenciales.
Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Foto: Alba Ciudad 96.3 FM/Archivo
NO obstante, en el país norteño los derechos más elementales de millones de ciudadanos pertenecientes a minorías han sido vulnerados, al ser los más afectados por el nuevo coronavirus.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio positivo al virus SARS-Cov-2 y recibió un costosísimo tratamiento experimental, inalcanzable para muchos compatriotas.
El primer mandatario calificó la pandemia de fraude, ridiculizó a quienes portan mascarilla y gestionó erráticamente el combate al padecimiento.
Cuba, en tanto, presenta un número de casos y tasa de letalidad más bajos que sus vecinos, en medio del bloqueo de Estados Unidos.
A diferencia de lo afirmado en Washington, aquí sí se acatan derechos inalienables como el del acceso a la salud.