Argentinos en defensa de las políticas de las memorias

Editado por Maydenys Rodríguez
2016-03-25 10:01:37

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Por: Roberto Morejón

Los argentinos demostraron que tienen memoria histórica, y NO reniegan de ella, como piden algunos, al lanzarse a las calles para evocar, aún con huellas de dolor e ira, el aniversario 40 del golpe de estado militar que inició una etapa sangrienta en ese país.

Organizaciones de derechos humanos, sociales, de izquierda y simples ciudadanos reclamaron en plazas y avenidas el “nunca más”.

Aludían al golpe del 24 de marzo de mil 976, prolongado después por otros altos oficiales, con apoyo de la derecha y Estados Unidos.

La Argentina de las Abuelas de Plaza de Mayo y los hijos y nietos desaparecidos, demandó del presidente estadounidense Barack Obama, de visita en el país del Cono Sur, y de su par Mauricio Macri, abandonar los eufemismos y las verdades a medias.

En Buenos Aires y otras ciudades se escucharon voces que subrayaban que Obama y Macri evitaron condenar el terrorismo de estado y volvieron a insistir en el fin de la historia, como si la pesada carga de 30 mil desparecidos pudiera borrarse con un portazo.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos exigieron a Estados Unidos la desclasificación de toda la documentación vinculada con el régimen castrense argentino y NO una parte de ella, como informó el inquilino de la Casa Blanca.

La memoria, la verdad y la justicia son victorias que defenderán a diario, afirmaron las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes desfilaron con su tradicional bandera con los rostros de los detenidos-desaparecidos.

Las pesquisas para encontrar nietos extraviados que desarrollan esas abnegadas mujeres ayudan a revelar los horrores de la última dictadura.

Entre ellos el siniestro plan de apropiación de párvulos que incluía maternidades clandestinas y listas de espera de personas dispuestas a quedarse con los huérfanos.

Los máximos represores argentinos hoy encarcelados deben haber tenido noticias de las demostraciones populares de los argentinos al conmemorar 40 años del golpe que consolidó el capítulo más oscuro de la historia local.

Quizás algunos de los autores de una política que asumía la tortura como un instrumento “eficaz”, se nieguen a admitir sus culpas porque hacen gala de mesianismo, crueldad y desprecio por quienes NO piensan como ellos.

Pero si así fuera, la demostración de los argentinos de apego a su memoria histórica debe servir de todas formas de alerta para que la humanidad impida rebrotes de golpismo, como ahora se advierte en países de América Latina.

Desafortunadamente, quedan nostálgicos del Plan Cóndor y promotores de truncar por cualquier vía experiencias de justicia social avaladas en las urnas.



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