Marruecos no quiere que se divulgue la situación de los presos políticos saharauis

Editado por Maite González Martínez
2016-04-08 07:48:38

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Campamento Gdeim Izik (Foto/Antonio Velázquez)

Por: Roberto Morejón

El régimen marroquí conminó a la comunidad internacional a ignorar su cuestionable historial represivo, al ordenar la detención y expulsión de Rabat de un grupo de juristas europeos, empeñados en ayudar a prisioneros políticos saharauis.

Los extranjeros, procedentes de Francia, Bélgica y España, estaban “marcados” con antelación porque pertenecen al colectivo internacional de abogados en apoyo a los detenidos de Gdeim Izik.

Es necesario explicar que ese es el nombre de un campamento de las afueras de El Aaiun, en el ocupado Sájara Occidental, que en 2011 fue escenario de protestas contra las autoridades marroquíes.

Los moradores del asentamiento fueron objeto de la acción militar y muchos resultaron detenidos, de los cuales 13 fueron sometidos a una parodia judicial y condenados a altas penas de cárcel.

Ese grupo de reos estuvo en huelga de hambre hace pocos días para exigir un proceso legal con garantías, aunque Rabat se niega a atender esas peticiones.

En ese contexto entraron en acción los juristas belgas, franceses y españoles, quienes querían visitar a los presos políticos de Gdeim Izik y estaban listos para ofrecer una conferencia de prensa, pero llegó la restricción marroquí.

De acuerdo con diversas fuentes, varios de los presos padecen secuelas de las torturas a las que fueron sometidos.

Medios saharauis recuerdan que las tropas marroquíes se comportaron con especial crueldad sobre todo en la etapa entre mil 975 y mil 991, cuando querían disuadir focos de resistencia a la ocupación.

Fue una etapa en la que se registraron encarcelamientos prolongados sin juicio, algunos durante muchos años.

Al expulsar a los abogados extranjeros comprometidos con la defensa del grupo de Gdeim Izik, la monarquía de Mohamed VI envía señales de que NO está dispuesta a tolerar investigaciones internas sobre la vigencia de los derechos humanos de la sufrida población saharaui.

Rabat quiere ocultar que los saharauis se exponen en su propia tierra a la detonación de miles de minas enterradas por los ocupantes desde su invasión en mil 975, luego de la retirada de España.

Los saharauis también sufren por la existencia de un muro de más de dos mil 400 kilómetros de largo que divide en dos ese territorio y fue construido por Rabat para contrarrestar las acciones del Ejército Popular de Liberación en la década de mil 970.

Recoger vivencias sobre tantos atropellos se ha hecho muy difícil en el Sájara Occidental y Marruecos, pues la monarquía tiene a su cuenta una oleada de deportaciones de colectivos y personas procedentes del exterior.



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