Por: Roberto Morejón

El bienestar de los cubanos es la esencia del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, cuya primera parte fue discutida en el recién celebrado séptimo Congreso del Partido Comunista, oportunidad en la que los delegados destacaron la importancia de los planes de vivienda.

Especial debate tuvo lugar en el foro sobre el tema habitacional al originarse a partir de uno de los principios rectores y ejes temáticos para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social.

Como el objetivo es asegurar la consecución de una nación soberana, independiente, socialista, próspera y sostenible, se dedica en Cuba atención preponderante a los programas para la construcción y reparación de viviendas.

El asunto es medular porque según cifras oficiales el 52 por ciento del fondo habitacional del país se califica de regular a malo, luego de muchos años de limitaciones materiales, a causa del bloqueo estadounidense, la condición de país pobre y las dificultades económicas internas.

Como las importaciones no pueden ser la base para lograr los objetivos propuestos en el Plan de Desarrollo del país, es necesario que en el fomento de los programas de vivienda se estimule, como ya se hace, la producción local de materiales de construcción.

Para avanzar hacia la construcción de más de un millón de casas, como se requiere, el gobierno enfatiza en las faenas por esfuerzo propio y a nivel territorial.

Las industrias locales reciben apoyo para acopiar más materiales  e incorporar nuevas tecnologías que permitan aumentar la productividad de los esfuerzos individuales.

No por casualidad, en el plan de la economía cubana para el 2016 se contempla que brigadas organizadas estatalmente se encarguen  de erigir algo más 11 mil 300 viviendas, en tanto la mitad del plan corresponde a la voluntad de las familias.

El Estado cubano aprobó brindarle una cobertura financiera a las personas de menor poder adquisitivo para atenuar y si es posible resolver sus problemas de viviendas.

En el 2016 se incrementan los recursos financieros para el otorgamiento de subsidios a ciudadanos que precisen emprender acciones útiles en sus inmuebles y respaldar otras políticas asociadas a estos planes.

De inicio, el 60 % de la recaudación por el impuesto sobre las ventas de materiales de construcción se destinará a esa finalidad, una asignación  superior en 11,5 por ciento a la aplicada hasta ahora.

Denodadamente tendrá que trabajarse en Cuba para aliviar la situación de vivienda, pero se crean condiciones porque, como reafirmó el séptimo congreso del Partido Comunista de Cuba, el ser humano y su bienestar son el centro de la obra de la Revolución.