El 1 de mayo de 2000, en la Plaza de la Revolución José Martí, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dio a conocer el concepto de Revolución, definición convertida a partir de ese momento en brújula de la labor patriótica de todo el pueblo y que resume en su esencia la historia pasada, presente y sobre todo futura de la nación cubana.
Ya no es posible definir a la Revolución cubana, como lo aprendimos en sus orígenes. Hoy, la definición es más compleja. En ella están representados 137 años de lucha y experiencia, y más de 40 en el poder. Cada etapa tuvo sus objetivos, los de hoy, por supuesto, no son los mismos que nos propusimos en 1959, cuando la Revolución triunfante se enfrentó a la compleja situación del país: hambre, miseria, analfabetismo, incultura, prostitución y las arcas vacías.
Así la definió:
"Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. "