La Habana, 18 de oct (RHC) Cuba demandó en la ONU el fin de la Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos-pies mojados, instrumentos aplicados por Estados Unidos contra nuestro país para estimular y promover la migración irregular.
En un debate de la Segunda Comisión de la Asamblea General, denunció la diplomática cubana Biana Leyva que esas medidas unilaterales de la Casa Blanca ponen en peligro la vida de seres humanos, potencian el tráfico de personas, crean dificultades a los países de tránsito en América Latina y el Caribe y violan los acuerdos bilaterales en esa materia.
Biana Leyva precisó en el foro dedicado a discutir sobre Globalización e Interdependencia que esa postura de Washington implica un carácter discriminatorio hacia los migrantes de cualquier otro Estado.
También Cuba abogó en la ONU por un sistema multilateral transparente e inclusivo que garantice a todos los seres humanos el acceso a los beneficios de la globalización.
En la II Comisión de la Asamblea General de ese organismo, la diplomática cubana Biana Leyva, destacó la importancia de Naciones Unidas en la promoción del desarrollo sostenible, lo cual presupone el reconocimiento y respeto a la diversidad de enfoques, modelos e instrumentos decididos por cada país.
Biana Leyva advirtió, además, que la implementación de la Agenda 2030 para el progreso humano sostenible y otros mecanismos multilaterales no podrán tener resultados coherentes y tangibles sin la participación de Naciones Unidas.
Asimismo, reiteró el llamado de Cuba a avanzar hacia un nuevo orden económico internacional, basado en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación de todos los Estados, al margen de sus sistemas.
Con anterioridad, Cuba llamó en el 43 Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) a una mayor cooperación y solidaridad internacional para cumplir los objetivos de la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible.
La representante adjunta de la embajada de Cuba ante los organismos internacionales radicados en Roma, Rebeca Cutié, instó al intervenir en el plenario a que las recomendaciones emanadas del CSA tengan en cuenta las profundas diferencias socioeconómicas entre países desarrollados y en desarrollo.
Recordó igualmente la vigencia de la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial en la cual se convocó a que "los alimentos no deberían utilizarse como instrumento de presión política y económica".
Para la aplicación de las recomendaciones del CSA, dijo, "es un imperativo alcanzar un Nuevo Orden Económico Internacional, basado en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación de todos los Estados, cualesquiera que sean sus sistemas económicos y sociales".
Los análisis e intervenciones en el CSA, el cual sesionará hasta el próximo viernes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), giraron hoy en torno al estado de la seguridad alimentaria en el mundo y las recomendaciones sobre la convergencia de políticas y la vinculación de los pequeños agricultores a los mercados.
El CSA en su labor de promover la seguridad alimentaria y la nutrición reconoce la contribución esencial que realizan los productores a pequeña escala, los cuales suministran hasta el 70 por ciento de toda la producción alimentaria y contribuyen, además, a estructurar la economía territorial.
Más de mil millones de personas en el mundo padecen hambre, el 15 por ciento de la población del planeta, flagelo que compromete el desarrollo económico y social, al tiempo que constituye una amenaza para la paz y la seguridad a escala global.
Entre sus funciones, el CSA realiza recomendaciones a la Asamblea General de la ONU sustentadas en la información proporcionada por el Grupo de Alto Nivel de Seguridad Alimentaria y Nutrición con el respaldo técnico de la FAO, el Programa Mundial de Alimentas y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.