La Habana, 21 jul (RHC) La tercera y última fase de la primera etapa de recuperación de la Covid-19 en Cuba avanza en el municipio especial de Isla de la Juventud y en 13 de las 15 provincias de este país.
Al mismo tiempo, y con la constante prioridad de salvar vidas en medio del azote de la letal enfermedad, La Habana y su vecina Mayabeque continúan en el primer y el segundo momento, respectivamente.
La decisión del Grupo Temporal de Trabajo para la prevención y control del coronavirus SARS-Cov-2 sobre la mayoría de los territorios cubanos entró en vigor este lunes, 20 de julio, cuando en la mayor de las Antillas se habían confirmado dos mil 446 casos del padecimiento.
Ese día, por primera vez desde el reporte de los tres afectados iniciales el último 11 de marzo, Cuba no comunicó ningún enfermo nuevo, un logro muy esperado por las autoridades y la población, comenta Prensa Latina.
Hasta el momento se contabilizaron 87 muertes, dos mil 319 altas médicas, dos evacuados a sus países de origen, 38 pacientes con evolución clínica estable, y ninguno en estado crítico ni grave.
El primer ministro, Manuel Marrero, puntualizó que la capital de Cuba se mantendrá en la fase inicial hasta que se cumplan los indicadores sanitarios del siguiente período, de manera sostenida, durante una decena de días.
Mayabeque cambiará de estado cuando estabilice los parámetros exigidos en la tercera fase.
Como indicadores de salud para avanzar en la recuperación se tienen en cuenta la tasa de incidencia de la enfermedad, el índice reproductivo, los casos activos, el número de éstos con fuente de infección conocida en los últimos 15 días y los eventos de trasmisión local.
En la tercera fase, precisó Marrero, se restablecen en su totalidad las actividades económicas y productivas, la apertura de todos los establecimientos gastronómicos y comerciales, la atención hospitalaria y los trámites presenciales de las acciones de prestación de servicios.
No obstante, añadió, sigue la suspensión de carnavales y de otras festividades de alta convocatoria, así como la limitación de los servicios que ofertan los centros nocturnos, en dependencia de sus formatos y características.
Marrero reiteró la necesidad de mantener las medidas sanitarias y el aislamiento físico, constantes en todas las fases de la recuperación, incluido el uso del nasobuco o mascarilla facial en lugares públicos y cerrados, donde exista concentración de personas.
Aunque Cuba muestra resultados favorables y alentadores en la lucha contra la Covid-19, las autoridades sanitarias reiteraron que continúa la realización de pesquisas activas en todo el territorio nacional y la cifra de personas visitadas sigue superando diariamente los tres millones.
La vigilancia epidemiológica constituye un eslabón clave en el enfrentamiento a la pandemia en Cuba, y será, según el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal, un elemento vital en la recuperación, por lo que se mantendrá de forma permanente.
Hemos decidido mantener en las tres fases el control y la pesquisa activa en la atención primaria de salud para la búsqueda de pacientes con síntomas respiratorios y otros que pudieran asociarse a la enfermedad, afirmó Portal en junio pasado cuando gran parte del país comenzaba a transitar hacia una nueva normalidad.
Contamos con el respaldo necesario para realizar los estudios a la población y a los viajeros, y mantener un nivel de vigilancia mediante la prueba molecular de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en tiempo real, expuso.
Portal recalcó que 'nadie puede preocuparse cuando aparezca un caso, sino que se debe aprender a convivir con la enfermedad; lo importante es identificarlo y trabajarlo de manera oportuna'.
Antes de entrar en la etapa de recuperación, que comenzó en toda Cuba el 18 de junio, excepto en La Habana y Matanzas, el presidente Miguel Díaz-Canel insistió en que todo lo que se haría en este período, como en el precedente, estaría orientado a salvar vidas.
Hay que tener la capacidad para empezar a flexibilizar restricciones que fue necesario aplicar e ir regresando a la normalidad de la vida, coexistiendo con la enfermedad y sin que los resultados retrocedan, subrayó el mandatario.
Por el contrario, consideró, tenemos que avanzar para seguir mejorando todos los indicadores tras el propósito que nos propusimos de que la Covid-19 no se convierta en una endemia.
Díaz-Canel enfatizó en la necesidad de que las medidas planteadas para las tres fases se controlen e implementen con rigor y que todo se haga de manera correcta.
Cualquier error nos abre una brecha para la posibilidad de un rebrote del coronavirus; por lo tanto, se trata de mantener y consolidar los resultados que vamos teniendo, acotó.
Sugirió seguir trabajando con el fin de reducir los riesgos y las vulnerabilidades, como consecuencia de la enfermedad, en la población y también en la economía y en la vida social.
Al referirse a elementos esenciales a tener presentes en todo momento, el presidente cubano destacó la necesidad de continuar estimulando el comportamiento responsable, decente, disciplinado y respetuoso por parte de sus compatriotas.
Si se está pidiendo que haya aislamiento físico, esbozó, que se convierta entonces en un hábito de vida, pues constituye la mejor manera de respetarnos entre todos, 'no es por un capricho, es para evitar contagio, para evitar propagación de la enfermedad'.
El mes pasado, en una entrevista exclusiva con Prensa Latina, el representante de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud en Cuba, José Moya, valoró de muy positiva la estrategia de este país contra la Covid-19.
Desde antes de la aparición del padecimiento en Cuba existía un plan intersectorial de respuesta al SARS-Cov-2, destacó el funcionario.
La iniciativa que se ha puesto en práctica, añadió, tiene entre sus bases el logro de una inmediata identificación de los casos de la enfermedad, clínicos y sospechosos, por la red de atención primaria de salud de la nación.
Según Moya, las pruebas de PCR realizadas a esas personas y a sus contactos han permitido conocer a los grupos de afectados y controlarlos mediante diversas acciones.
También, el epidemiólogo peruano ponderó como fortaleza de Cuba en la lucha contra la Covid-19 la capacidad de organización de su sistema de salud pública, y precisó que la comunicación estratégica resulta fundamental.
(Prensa Latina(