La capacitación de las jóvenes para educadoras de círculos infantiles no cesa en Cuba. A lo anterior contribuyen las escuelas pedagógicas municipales entre las que figura la nombrada Camilo Cienfuegos, ubicada en el capitalino reparto de Alamar, La Habana del Este.
Allí se forman actualmente más de medio centenar de auxiliares pedagógicas y asistentes para el trabajo educativo, que laborarán en círculos infantiles y escuelas primarias de ese territorio; esto favorecerá la cobertura docente que atiende esas edades priorizadas.
Una de las profesoras de la institución ubicada a pocos metros de la costa rocosa de esa localidad, la licenciada Nancy Salazar Batista, destacó a Radio Rebelde que se imparten asignaturas relacionadas con las diferentes áreas del desarrollo.
Puso de ejemplo el mundo circundante y el lenguaje coherente, ya que se debe de enseñar a los niños a expresarse bien y con fluidez; además, se tiene el interés común de prepararlos para el ingreso a la escuela. Imparte a sus alumnas las asignaturas de lengua española, educación física, musical y danzaría.
Le reconforta ver cómo las muchachas se transforman a medida que transcurren los cursos; modifican para bien su apariencia, mejoran el lenguaje, la ortografía, y lo más importante es que incrementan el interés por conocer cada día más sobre la enseñanza preescolar.
“Consideramos un logro que ellas se reincorporen a la sociedad, ya que se trata de muchachas desvinculadas del estudio y el trabajo; representan una inyección de juventud a la enseñanza, traen con ellas iniciativas, deseos de hacer, y sobre todo, mucho interés por los niños y el afán de educarlos. Tienen el denominador común de que aman a los infantes”.
La experimentada educadora, quien lleva en el sector treinta y seis años, afirma que en todos estos años de Revolución la educación preescolar en Cuba propició un desarrollo integral del niño, no obstante las necesidades materiales en el país. “Lo cierto es que el personal docente que los educa se caracteriza por la necesidad que sienten de formarlos en valores”.
Las universidades pedagógicas y las pedagógicas de pocos años de creación también aportan docentes para la enseñanza preescolar; constituyen una vía de continuidad de estudios para las muchachas que se deciden por el magisterio en la enseñanza preescolar.
Salazar Batista expresó también la dicha que la embarga por trabajar en esa escuela ya que los años anteriores tuvo la responsabilidad de dirigir: “Realmente yo quería palpar y ver cómo formar a esas estudiantes que luego de recibir esa preparación irían a trabajar a los Círculos con esos niños que amo tanto, y que son el amor de mi vida”.
(RRebelde)