2016: ¡Esos habanos que pican alto!

بقلم: Maite González Martínez
2016-12-29 09:57:49

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Por: Roberto F. Campos (PL)

La industria tabacalera cubana mantiene un ritmo cada año más eficiente de cara a los mercados internacionales de los puros Premium, o hechos a mano, una trayectoria mantenida en el 2016.

Tal afirmación la corroboró con creces el desempeño durante el año, cuando el eje de la atención estuvo en las especialidades, las presentaciones de cigarros numerados o las propuestas para expertos y coleccionistas.

Una amplia variedad muestra este sector cubano, sobre todo en momentos de novedades en cuanto a las nuevas políticas económicas, la inversión extranjera y el auge del turismo.

Sin embargo, la piedra de los habanos permanece incólume con dos grandes fiestas del humo en el año. De gran revuelo es el Festival Internacional del Habano, que ocurre en cada febrero con la presencia de por lo menos mil participantes de 70 países.

La otra reunión de importancia la organiza La Casa del Habano de Partagás, que tiene incluso repitentes del Festival y que acapara una semana de noviembre de cada año.

Como novedad silenciosa, pero creciente, está la presencia de más fumadores provenientes de Estados Unidos, quienes aprovechan el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

En ese panorama, con un marcado destello turístico, los habanos brillaron durante 2016.

El tabaco cubano se puede asumir desde dos planos, a tener en cuenta, aunque en el primero se encuentra el netamente comercial.

Se considera que los tabacos cubanos cuentan a su favor con clima, suelo y experiencia de los productores, elementos de base a la hora de expresar que son los mejores del mundo.

Esta afirmación convoca a fumadores de todos los continentes, también arropados por el criterio de algunos de que fumar puros es más saludable ante los cigarrillos.

Los tabacos cuentan con una manera de producción compuesta por factores totalmente naturales, pues la hoja de tabaco cuenta con un procedimiento de curación complejo, que muchos comparan con el itinerario de la uva antes de convertirse en vino.

Otra cara del tema apunta a la cultura y la historia cubanas, pues los nacidos en esta isla, sean fumadores o no, tienen mucha relación con el tabaco, su forma de cultivo, la historia, el surgimiento de las principales marcas y el desarrollo.

Los años 90 del pasado siglo dieron un espaldarazo a los habanos, con la creación de revistas de lujo en Europa y Estados Unidos, como Cigar Aficionado, Le Amateur de Cigare, Epicur, European Cigar Cult Journal o Smoke.

Estas publicaciones otorgaron un empujón definitivo a la moda de fumar puros, hasta el punto de que muchas mujeres, sobre todo modelos de clase alta, aparecieron en revistas y noticiarios llevando un cigarro en los labios.

Tal impacto retomó el tema de la calidad de los habanos, y todos, los fumadores de experiencia y los iniciados, comprendieron que el tabaco cubano seguía siendo el mejor.

En 1994 comenzó en La Habana una iniciativa de gran impacto, con las fiestas del tabaco, que tomaron vuelo hasta convertirse en Festival Internacional del Habano con una subasta de puros y humidores coleccionables, incluido el premio Hombre Habano del Año.

Este es el entorno de los habanos y el argumento perfecto para justificar la eficiencia de su calidad y el auge en los mercados, que para este 2016 no ha sido menos que en épocas anteriores.

LA CALIDAD SE IMPONE

Destacando la alta calidad de los puros cubanos, por ejemplo, datos del gremio tabacalero consideran que los habanos se mantienen en los primeros peldaños de los cigarros tipo Premium.

Esas fuentes recuerdan que se venden en todo el mundo 14 mil 800 millones de puros, de los cuales 140 millones son del tipo Premium o hechos a mano, de alta calidad.

Por lo tanto, más del 90 por ciento del tabaco que se comercializa en el orbe es mecanizado y ello se debe a los precios por cada pieza.

En el mundo se fuman cinco mil millones de millones de cigarrillos, equivalentes a 15 mil millones diariamente.

Cuba consume 12 mil millones de cigarrillos al año, lo que la hace un país muy fumador, pese a las insistentes campañas antitabaco y alertas médicas a la población.

De los 440 millones de tabacos tipo Premium anuales en el orbe, 250 millones se destinan a Estados Unidos, lo que hace a esa nación el principal fumador de este tipo de puros.

La mayor de las Antillas cuenta con el 77 por ciento de la cuota del mercado, sin considerar a los estadounidenses, debido a las medidas de cierre económico impuestas por Washington contra La Habana.

El restablecimiento de relaciones entre ambos países, ya flexibiliza la compra de habanos a los norteamericanos y ello impone un nuevo punto de impulso, tanto para el cierre de 2016 como para el desarrollo de 2017.

Oportunamente, voceros de la corporación internacional Habanos S.A. dijeron que Cuba vende en más 100 países de todos los continentes alrededor de 34 marcas de tabaco Premium.

Para esos fines, la isla cuenta con 45 empresas (16 agrícolas, ocho agroindustriales, 10 de tabaco torcido, cuatro de cigarrillos y siete de servicios y comercialización).

Posee asimismo unas 50 fábricas de torcido para la exportación e igual cantidad para el consumo nacional; si bien otras industrias elaboran tabaco a máquina, cigarrillos y cajas de madera para envase.

En este sistema tabacalero del país, laboran alrededor de 200 mil personas, incluidos familiares de los productores que coadyuvan en la cosecha, movilizados de otros sectores productivos y estudiantes del plan la escuela al campo.



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