Por Ariadna García Gutiérrez
La tan esperada primera gala de competencias del programa televisivo Bailando en Cuba se desarrolló el domigo en el Cine Teatro Astral de La Habana. El director de Bailando en Cuba, Manolito Ortega, tiene a su cargo una gran tarea, brindar como propuesta un espectáculo que logre atrapar al público cubano con elegancia, cubanía y valores educativos.
Con vítores y aplausos recibió el público del teatro Astral a la compañía danzaria Revolution, encargada de abrir el espectáculo, bajo la dirección artística del reconocido bailarín cubano Roclan. El prestigioso jurado lo conforman los reconocidos maestros y coreógrafos cubanos Lizt Alfonso y Santiago Alfonso, junto a la bailarina y coreógrafa española Susana Pous, quien radica desde hace más de diez años en Cuba.
La noche estuvo cargada de emociones. Se presentaron ocho parejas de un total de 16 en competencia, de las cuales quedaron cuatro en la llamada “zona de peligro”, de donde saldrán o no gracias a las votaciones del público la próxima semana.
En esta primera gala se dio a conocer a la nueva pareja número uno de la competencia, pues la anterior, seleccionada en principio, quedó fuera debido a graves indisciplinas cometidas, según informó el equipo de producción.
Los concursantes presentaron hermosos bailes de diversos ritmos cubanos, como Mozambique, Son, Changuí, entre otros, Para algunos de los concursantes, eran ritmos pocos conocidos por la juventud cubana, lo que constituye otro reto para estos jóvenes.
Aunque los presentadores son carismáticos y tienen una imagen fresca y juvenil, aún les queda mucho por hacer en este sentido, lo que no minimiza el esfuerzo que hacen.
Sin duda alguna se agradece el rigor, la disciplina y el carisma de los jueces, quienes se enfrentan a la tarea más difícil: evaluar a los jóvenes talentosos que quedaron seleccionados de entre seiscientos aspirantes y que compiten por el gran premio de este programa.
Para el cierre, se presentó la compañía “Habana Compás Dance” con un maravilloso espectáculo no solo de baile, sino también de música en vivo, al ritmo de instrumentos de percusión, utilizados por las propias bailarinas de la compañía.