por J. Loo Vázquez
La Habana, 7 abril- Tres tradiciones convierten a Cayo Granma en un importante reservorio de la cultura inmaterial más arraigada de Santiago de Cuba: la fiesta de San Rafael, el carnaval acuático y el Festival de la Jaiba.
Hasta la ermita de San Rafael, la única de su tipo que existe en el área del Caribe –según afirman los lugareños–, llegan católicos de todo el país cada 24 de octubre. A los pies de la sagrada figura acuden las personas vestidas de verde, en sus manos las ofrendas –algunas salidas de las mismas entrañas del mar–, y en sus corazones las aspiraciones por mejores capturas, salud y prosperidad familiar, y viajes seguros.
La ocasión se convierte en una fiesta en la comunidad, donde se rescatan las tradiciones de sus habitantes, entre ellas las culinarias, con platos como el arroz con jaiba o con pescado, las frituras de manjúas, las recetas con mariscos de las abuelas, entre otros muchas más.
El ir y venir de botes, entre Cayo Granma y Ciudamar, traslada una gran cantidad de personas que, además de los motivos religiosos, llegan al islote para disfrutar la fiesta de San Rafael, un jolgorio que promete, en cada entrega, lo mejor de las tradiciones marineras del lugar.
Sandy Almeira Boza, directora de la Casa de la Cultura Aurora Ochoa Romaguera, asegura que “cada 24 de octubre, desde las seis de la mañana, se realizan misas, bautizos de niños pequeños, las personas con problemas de salud realizan ofrendas; a las cuatro de la tarde se realiza toda la procesión desde la iglesia, el punto más alto del cayo, y por toda la isla”.
“La población de Cayo Granma, mayormente católica, participa en todas las actividades religiosas de la iglesia y en las demás propuestas culturales, es el día más importante para los que habitamos aquí”, asegura Almeira.
En el mes de mayo se realiza, en su edición número 21 este 2017, el Festival de la Jaiba o Carijai. Es el momento donde se rescatan también algunas de las tradiciones más importantes del cayo, como son las culinarias y la pesca. De esta última, por ejemplo, se premia la captura del crustáceo –que da nombre al jolgorio–, más grande y del más pequeño, se realizan también concursos relacionados con la vida marinera y presentaciones de unidades artísticas.
“Se realiza el último fin de semana de mayo porque es el mes donde hay mayor presencia de la jaiba en el mar y donde no hay tanto desove, se organiza siempre teniendo en cuenta los criterios de los pescadores que son quienes conocen el mejor momento para hacerse”, explica Almeira.
En los predios de Cayo Granma, demarcación marinera por excelencia, nació el Carnaval Acuático, una hermosa tradición que aproxima a las personas al principal elemento que le rodea: el mar.
“Es casi tan antiguo como la Fiesta de San Rafael” explica Almeira y añade que “según investigaciones el carnaval acuático nació de las personas que visitaban a Cayo Granma justamente durante el jolgorio dedicado al santo patrono de los pescadores”.
En la actualidad, los pobladores de este pequeño islote, aunque no están en desacuerdo en compartir este jolgorio carnavalesco con toda la urbe, consideran que la fiesta popular debía tener como protagónico justamente el lugar de su nacimiento: Cayo Granma.
(CubaSí)