Por: Giusette León García (Cubasí)
La bandera de la estrella solitaria ha sido reverenciada desde que existimos como nación independiente, cuando nuestros próceres la escogieron para ir al frente en la manigua, contra el opresor europeo, luego en la Sierra y en al llano también presidió las luchas por la libertad definitiva.
Existe en Cuba una legislación vigente relacionada con los símbolos patrios que regula su uso en un sentido comercial, durante años ha sido muy raro verla impresa en ropa o accesorios, hoy la polémica se teje alrededor de ese tema, pues mientras banderas norteamericanas o británicas han inundado la moda y las calles de la isla, muchos cubanos quisieran llevar la suya ¿está mal eso?
La primera en opinar fue Sonia, periodista retirada: “Realmente para mí la bandera como símbolo patrio y lo que ha respetando para muchas generaciones de cubanos que la defendieron ofrendando su vida, no me agrada que se utilice como prenda de vestir. Todavía en un llavero o cosas menos ostensibles, pudiera usarse como un souvenir de recuerdo de Cuba. Quizá yo tenga un criterio muy estrecho al respecto, pero es que para mí los símbolos patrios son algo que además de representar cubanía, han tenido una historia de lucha por la que dieron sus vidas muchos cubanos desde las guerras de independencia.”
Wendy, una joven trabajadora de ETECSA puso varios temas sobre el tapete: “lo primero que hay que tener claro es el valor y significado de esa bandera, desde la educación en la familia, las escuelas, los medios... En segundo lugar, prohibir para mí nunca es una opción, no creo que sea la línea adecuada para cambiar algo. A mí me encanta el uso de la bandera en pullovers y gorras sobre todo, creo que el punto está en hacerlo con respeto. Los jóvenes quisiéramos usarla, quizás así no hubiera tantas americanas en la calle, es mas fácil adquirir una prenda con la bandera de Estados Unidos que la nuestra propia y eso se refleja en la calle, yo misma me peleo en la UJC apara que nos den pullovers a los militantes y me dicen que no alcanza el dinero, pero en cada evento que hacen los reparten a los mismos que van: a los de arriba, a los de la prensa y llegas a tener diez, mientras los militantes no tienen ninguno…”
Similares inquietudes tiene Aylín sobre la posibilidad de adquirir ese tipo de productos: “Leo, mi niño, no tiene ningún pullover con la bandera, los que tiene que dicen Cuba es porque los he comprado rebajado, pues son bastante más caros que cualquier pullover, aunque tenga la bandera de Australia y sí me gustaría que lo tuviera con la bandera cubana, pienso que todos los países promocionan su identidad y nada nos representa más que la bandera, siempre que sea usada con respeto y por amor a nuestra patria es bienvenida. No me gusta en trusas y vestidos como la americana que llega a ser ya abrumador su uso, pero me encanta ver sus colores usados en un buen diseño, hay cosas bien pensadas, con arte, que hacen que te sientas orgulloso.
Javier, Sacerdote de Ifá, señala otro elemento en la misma cuerda de Ailín: “me parece bien, en la actualidad es un elemento de defensa de la nacionalidad en casi todo el mundo dada la crisis de valores existente y la globalización. No lo veo como afrenta, al contrario, pienso que en las condiciones actuales y los procesos migratorios "normalizados" se convertiría en un elemento de identidad importantísimo.”
Para Manuel, graduado de Derecho y Suedith, comunicadora social, no hay nada de negativo en su uso, “solo está mal si se usa irrespetuosamente, pero a mí me gusta llevarla en mi ropa y por supuesto que me encantaría que hubieran opciones asequibles para que los cubanos podamos comprar pullovers, gorras, ese tipo de cosas con nuestra bandera, para poder usarla más”, acota él.
Un balance pide Tamara, ella es bibliotecaria y considera que “hay dos cosas que son distintas, un pulóver que tenga pintada la bandera cubana, una postal, una taza de café u otro objeto, eso no lo veo mal, pero coger una que tela, darle la forma de la bandera y utilizarla como prenda de vestir u otra cosa, en eso no estoy para nada de acuerdo, como la ropa que sacó Hayla en uno de sus videos, y otros disparates que he visto por ahí.”
En definitiva, las palabras identidad, orgullo, cubanía, se repiten una y otra vez, si en algo hay consenso es en el respeto y la reverencia que merece nuestro símbolo nacional, entonces quizás la pregunta sería ¿cuáles son los límites?