Por José Roberto Loo Vázquez

Escenario singular de la Ruta del Café a nivel mundial es la provincia de Santiago de Cuba que alberga un conjunto de ruinas, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, y una cultura vinculada a la presencia francesa en la nación caribeña y a la esclavitud, acervo que ha permeado la cotidianidad de las personas nacidas en la llamada 'tierra caliente' y ha sobrevivido hasta la actualidad.

"Incluso las ruinas cafetaleras de las antiguas haciendas son capaces de apasionar a quien las ve", aseguró Yaumara López al explicarle a especialistas del Ministerio del Turismo la relevancia que tiene a nivel mundial el patrimonio cubano vinculado al cultivo y procesamiento del aromático grano.

"Esos vestigios y huellas del pasado te atrapan y te seducen de una forma increíble", continuó explicando y acotó que "la Casa Dranguet, en la ciudad de Santiago de Cuba, antigua vivienda de un cafetalero francés, tiene la misión de enamorar a las personas de esa riqueza material e inmaterial que existe aquí.

"La cultura del café es esencial para el santiaguero, esa bebida se ingiere aquí como si fuera agua... y en las zonas rurales es incluso más fuerte su arraigo, y todo eso tiene gran potencial turístico", acotó.

La especialista, una de las voces autorizadas para hablar de presencia francesa en Cuba y en el Caribe, significó que además de la riqueza patrimonial en la zona rural del oriente de la mayor isla de Las Antillas, también está la barriada del Tivolí, donde se asentaron aquellos colonos y emigrantes procedentes de la nación europea, Nueva Orleans y Saint Domingue, seducidos por la belleza de ese sitio y las hermosas visuales que de la urbe aún ofrece.

El grupo, integrado por especialistas de agencias de viaje principalmente, conoció el discurso interpretativo que propone la Casa Dranguet en su sala de exposición permanente donde se refleja, en su más amplia y abarcadora visión, la cultura cafetalera, desde los objetos relacionados con su cosecha y procesamiento, hasta las tradiciones arraigadas en las personas, de ahí el gran valor de este espacio al que muchos llaman 'museo del café de Santiago de Cuba'.

En Santiago de Cuba es imposible hablar de café sin hacer referencia a la presencia francesa, a la esclavitud y a las propias características de la provincia y su gente, una combinación que ha dejado aquí componentes del patrimonio de la humanidad y una rica y vasta cultura que atrae la mirada de personas de todo el mundo.

(Tomado de Cubasí)