Por Belkys Pérez Cuz, especial de Cubadebate
Habían transcurrido diecinueve años del triunfo revolucionario de enero de 1959, cuando Pinar del Río, la otrora Cenicienta de Cuba, veía nacer una nueva escuela.
La Vocacional Federico Engels, era el sueño de muchos, pero sobre todo era el sueño de Fidel Castro, esbozado en el Programa del Moncada. Crear oportunidades para estudiar y desarrollar el intelecto de miles de alumnos, que instruidos, podían aportar al proyecto de país que se construía.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la inauguración el 27 de enero de 1978.
El 27 de enero de 1978, el líder de la Revolución llegaba a Vueltabajo a su encuentro con esos jóvenes. Tras recorrer la escuela junto Julio Camacho Aguilera, entonces Primer secretario del Partido en la provincia, Fidel se dirige a los jóvenes:
“Me gustó mucho lo que dijeron ustedes al principio, de que eran fragua marxista leninista, fragua martiana, forjadores de futuros comunistas. Cuando lo escuchaba me decía eso mismo: eso es lo que nosotros queremos de estas escuelas, esos son los frutos que aspiramos de estas escuelas, generaciones de verdaderos comunistas”.
Excelencia educativa y profesional
Formarse como bachiller en la Vocacional o Instituto preuniversitario de ciencias exactas, como pasaría a denominarse desde 1985 a este tipo de escuelas, es motivo de orgullo para varias generaciones de pinareños.
Con una matrícula de 850 estudiantes el Federico Engels, es referente en materia educativa. En los últimos años se destaca porque el 100 % de sus alumnos han aprobado los exámenes de ingreso a la educación superior y todos han obtenido una carrera universitaria, asegurando el 99% de ellos, la primera opción.
El IPVCE Federico Engels, es referente en materia educativa. Foto: Daimy Díaz Breijo
Quienes transitan por sus aulas reconocen como privilegio aprender junto a un claustro docente de excelencia que se caracteriza por su elevado nivel científico y preparación metodológica.
Daniela Sarduy Hernández, está en décimo grado y desde hace mucho tenía clara su decisión. “Mi sueño fue estudiar aquí para tener una mayor preparación y poder enfrentarme a la universidad”.
Hace 40 años la profesora Raquel Lugo, estaba en el grupo de los iniciadores de este centro. Hoy es la jefa de la cátedra de Historia de Cuba y es enfática al afirmar que los estudiantes son exigentes y eso los obliga a prepararse mejor. “Implica un sacrificio de estudio, de preparación, porque nuestros alumnos exigen la calidad en el producto que nosotros le brindamos, que precisamente es la clase”.
En la escuela funciona un centro de entrenamiento de concursos de conocimientos potenciando la masividad y dando tratamiento especializado a los estudiantes con resultados académicos sobresalientes.
María Caridad Rivera González, directora general del IPVCE, no esconde su orgullo por los resultados. En el año 2017 obtuvieron 43 medallas en los concursos a nivel nacional.
“De ellos 9 ingresaron a la preselección nacional, siendo la asignatura de física la de mejores resultados en el país, pues el estudiante Lázaro David Paz Hernández, de duodécimo grado, obtuvo medalla de bronce en la Olimpiada internacional de la asignatura, realizada en Indonesia”.
Lázaro David Paz Hernández, medallista de bronce en la Olimpiada Internacional de Física. Foto: cortesía del estudiante
La institución continúa siendo un baluarte del trabajo científico investigativo. En el actual curso escolar mantiene funcionando 374 Sociedades Científicas Estudiantiles, fundamentalmente en el área de las ciencias, y sus estudiantes participan en eventos de otros organismos, donde también resultan premiados.
El vínculo con la comunidad
Una de las líneas de trabajo de la institución es lograr el vínculo escuela, familia y comunidad. En ese sentido ejecutan varios proyectos con los que pretenden, fortalecer esa interacción.
Llevar a los barrios que les rodean el arte de los aficionados es un propósito que se consolida, porque siempre se propuso ser, el centro cultural más importante de la comunidad.
La calle blue, Alameda, Con tus propias manos y Escuela-taller Manuel Saumell, son algunos de los programas que desarrollan junto a los pobladores, a partir del trabajo integrado.
Llevar su movimiento artístico a los barrios es un propósito que se consolida. Foto: Jaliosky Ajete.
La escuela ha propiciado barrio debates en diferentes áreas del Consejo popular Hermanos Cruz, sobre temas de interés social como la lucha contra las adicciones, indisciplinas sociales, enfermedades infecto contagiosas y la violencia contra la mujer.
El IPVCE se caracteriza por el trabajo sistemático en la comunidad, de conjunto con las organizaciones y organismos de la demarcación. En septiembre del pasado año el colectivo recibió el Premio del Barrio, distinción que otorgan los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) a personalidades, instituciones y familias que contribuyen a la unidad y a la formación de valores en la sociedad.
La impronta del IPVCE en la sociedad pinareña
El centro ha graduado, en estos 40 años, a más de 17 mil 800 estudiantes bajo el precepto fidelista de que el futuro de Cuba debe ser necesariamente de hombres de ciencia.
De sus aulas han salido jóvenes egresados que se convirtieron en profesionales de las más disímiles especialidades y aportan en su mayoría, al desarrollo del país. Los tiene claro Ray Michel García Torrens, estudiante de onceno grado, cuando afirma: “Nuestro Comandante en Jefe creo estas escuelas para formar hombres de bien, por eso siempre fue un sueño para mi estar aquí”.
El 100 % de sus alumnos han aprobado los exámenes de ingreso a la educación superior. Foto: Daimy Díaz Breijo
La profesora Evidia Abascar Monterrey, fundadora del centro no oculta su emoción, cuando dice que los iniciadores han cumplido con el pedido que les hiciera el líder de la Revolución cubana. “Hemos mantenido desde el principio el legado y el lema que Fidel nos dejó y nos pidió que siguiéramos, de mantener las banderas en alto en este tipo de escuelas”.
Cuarenta años después el IPVCE Federico Engels de Pinar del Río se renueva también estructuralmente. Han terminado la remodelación del bloque dormitorio, la impermeabilización de los techos y en estos momentos concluyen la reparación del cine, un sitio emblemático de la escuela.
Su impronta en las generaciones de vueltabajeros, salta a la vista. Su misión se hace imprescindible para formar hombres y mujeres con alta vocación científica, capaces de aportar al futuro del país.