Por Pedro Rafael Cruz Gonzalez
La Habana, 18 oct (RHC) El 10 de octubre de 1868, un hombre excepcional mostró a los criollos el camino a la independencia. Ese hecho, y algunos otros más, pronto le convirtieron en el Padre de todos los cubanos.
Fuertemente influenciado por los ideales de la Revolución Francesa, Carlos Manuel de Céspedes quiso que lo suyos también tuvieran una Marsellesa como himno de batalla y para ello dedicó todo su esfuerzo para la creación de La Bayamesa.
Hoy existen en Cuba cuatro canciones que llevan ese título: la acreditada a Céspedes, Castillo y Fornaris y la de Sindo Garay, pero probablemente algunos desconozcan que existen dos más: la de Perucho Figueredo, hoy el Himno Nacional Cubano, y una cuarta que los mambises entonaban en los campos insurrectos y se considera anónima.
La primera Bayamesa es la que actualmente se considera la primera canción cubana, escuchada en la madrugada del 27 de marzo de 1851 en el ventanal de la casa de la posteriormente combatiente mambisa Luz Vázquez.
El autor de la letra fue el poeta José Fornaris, quien junto a Céspedes y Castillo y el tenor Carlos Pérez, (acompañados de guitarras y un violín), brindaron la correspondiente serenata.
Aunque el mensaje original de la canción de Céspedes, Castillo y Fornaris tiene claros matices patrióticos, a partir del 10 de octubre de 1868 empezó a circular entre los bayameses otra letra. Con la música compuesta en 1851, comenzaron a cantarse otros versos que algunos especialistas atribuyen al poeta bayamés José Joaquín Palma.
Por cierto, José Joaquín Palma es también el autor de la letra del himno nacional de Guatemala.
Perucho Figueredo, también bayamés y gran aficionado a la música, compuso a inicios de 1868 una marcha, nombrada inicialmente La Bayamesa, instrumentada por el dueño de la mejor orquesta de la ciudad: Manuel Muñoz. El jueves 11 de junio se estrenó como parte de una fiesta religiosa y entre los asistentes estaba el Gobernador español local, quien mostró su extrañeza ante lo poco sacro de la obra.
Según la leyenda nacional, el 20 de octubre de 1868 es el pueblo de Bayamo quien le reclama a Figueredo la letra de aquella marcha y el patriota desde su cabalgadura mambisa escribió los versos. El 5 de noviembre de 1900 la Asamblea Constituyente la aprobó como Himno Nacional Cubano.
La restante Bayamesa la compuso el trovador santiaguero Sindo Garay en 1918 y el mismo cuenta que le vinieron juntas la letra y la música. El título original es Mujer Bayamesa, pero muchos en Cuba, en eterno homenaje al insigne compositor, le llaman La Bayamesa de Sindo.
El Himno Nacional Cubano tiene originalmente seis estrofas, cuatro de ellas muy enardecidas. La delicadeza de los criollos ante el enemigo vencido las ha dejado en las dos que hoy se conocen. (Fuente: Radio Rebelde)