Jardines del 1830

بقلم: Maria Calvo
2018-11-03 08:20:20

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El primer jardín japonés creado en Cuba fue diseñado en el patio de la residencia de Carlos Miguel de Céspedes Ortiz, abogado y político cubano, situada junto al Torreón de La Chorrera, en la desembocadura del río Almendares donde hoy se encuentra el restaurante “1830”.

La historia del edificio se remonta al siglo XIX, cuando en el lugar radicaba  el restaurante Arana,  famoso por su arroz con pollo a la chorrera y su bacalao a la vizcaína, sitio favorito de los oficiales españoles en sus salidas familiares.

Posteriormente, con la ocupación militar norteamericana y el auge del Vedado, la edificación pasó a ser un hotel, el “Hotel La Mar” fabricado de mampostería y tejas, donde un altar servía de punto de conclusión a las procesiones de la Virgen del Carmen que partían de la Iglesia del Carmelo.

A comienzos del siglos XX se reconstruye como la mansión de Carlos Miguel de Céspedes, nombrada “Villa Miramar”. Carlos Miguel nació en Cárdenas, en la provincia cubana de Matanzas, era amigo personal de Machado, y estuvo comprometido con su régimen, por lo que huyo del país a su caída. Su residencia fue saqueada y destruida, pero a su regreso a Cuba en 1937, la reconstruye y reside en ella hasta el momento de su fallecimiento.

Acantilado de los jardines del restaurante 1830 “Villa Miramar” era famosa por su belleza y por su privilegiado emplazamiento frente al mar. En sus jardines o patios se levanta “La Mezquita”, hecha con azulejos traídos de “La Cartuja” de Sevilla; las áreas exteriores se unen por un pequeño acantilado de piedras y caracoles marinos a una isla japonesa denominada “Koisima”, que en japonés significa “isla de amor”, que reproduce un jardín japonés con multitud de cuevas, terrazas, puentes y caminos, todo entre árboles y plantas exóticas.

No menos llamativa es la cúpula de la glorieta, que la hizo traer pieza a pieza desde la India a un costo de 200, 000 pesos de los de entonces. Un lugar verdaderamente de ensueño. Allí tenía también un muelle con su yate “Miramar” y su lancha de regatas “Cuba”, ganadora en varias competencias.
 
En la década de los 50 el inmueble fue adquirido por José Curráis Fernández, propietario de “La Zaragozana”, famoso bar-restaurante habanero especializado en pescados y mariscos.

La familia Curráis asumió la restauración de la edificación e instaló allí el “Restaurante 1830”, inaugurado en 1954 y bautizado con ese nombre, porque fue el 3 de diciembre de 1830 cuando su Restaurante  La Zaragozana, abrió sus puertas por primera vez.
 


Fuentes: Varias



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