Por: José Alemán Mesa

La Habana, 3 dic (RHC) Frente a los desafíos económicos del país, en Cuba hablar de las Asociaciones Nacionales de Limitados Físico-Motores (ACLIFIM), del Ciego (ANCI) y de Sordos e Hipoacúsicos (ANSOC), es hablar de resultados en la atención priorizada a sus afiliados.

Casi 60 años de Revolución demuestran que en un territorio subdesarrollado se pueden lograr buenos niveles de inclusión, pese a los efectos de más de 50 años del bloqueo estadounidense, responsable, en gran medida, de la falta de implementos necesarios que optimizan el desenvolvimiento de las personas con discapacidad, y de equipos y materiales especiales para la rehabilitación y educación especial.

A Estados Unidos y sus pretensiones añejadas en el tiempo, le deben miles de cubanos y sus familias, el sufrimiento que causan las limitaciones para la adquisición de piezas de repuesto para los medios de locomoción, tales como sillas de rueda, triciclos, bastones y muletas, el déficit de materia prima para la confección de zapatos ortopédicos y la carencia de prótesis.

Sin embargo, en Ciego de Ávila, por ejemplo, unos mil 100 avileños con discapacidad visual, por encima de las carencias de diferentes medios necesarios para su desarrollo, se incorporan a los diversos programas sobre vida diaria, orientación y movilidad en el espacio, elaboración de alimentos y trabajos manuales.

Los avances registrados por las personas invidentes en la mayor isla de las Antillas desde el triunfo de la Revolución contribuyen a cambiar la imagen del ciego que existía en el país, estereotipada por la mendicidad y el analfabetismo. El derecho al trabajo y a la rehabilitación, por citar algunos beneficios, coadyuva a superar un pasado oscuro, con más limitaciones que las físicas.

Asimismo, los más de tres mil 500 afiliados a la ACLIFIM y unos 814 a la ANSOC en tierras avileñas no ven, en la mayoría de los casos, frustradas sus iniciativas, pues acceden a un empleo que responde a sus aptitudes, deseos y además a las necesidades de la provincia, municipio o comunidad donde habitan.

El empeño y la voluntad política hacen que los asociados (a la ACLIFIM, ANCI y ANSOC), y reitero, ocupante tal vez del último puesto en la escala de aquella sociedad antes de 1959, experimenten profundos cambios en su existencia, pues se les puede hallar en la faena de un taller o de una fábrica, frente a una máquina de escribir o una computadora, impartiendo clases o formando parte de un grupo musical, como muestras de la inclusión laboral.

Durante décadas la Antilla Mayor ha defendido la inclusión efectiva de esos individuos, desde el trabajo lo más unido y coordinado posible entre las organizaciones políticas y de masas, los gobiernos y otros actores claves en cualquier nivel dentro del sistema político cubano.

Y es que, también para esta ínsula, el derecho a la vida ha continuado siendo una prioridad, por lo que la Revolución cubana se empeña en elevar cada vez más la calidad de vida, el bienestar y la justicia para todo el pueblo, conforme a los derechos humanos que tanto defiende y materializa.

La Asociación Cubana de Limitados Físico Motores fue fundada el 14 de marzo de 1980; la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales, primera organización nacional de los ciegos cubanos, se instituyó el 19 de julio de 1975; y la Asociación Nacional de Sordos de Cuba, el tres de enero de 1978.

En todas ellas subyace la misión de trabajar por una mayor integración a la sociedad, elevar su calidad de vida y servir como mediador con las instituciones gubernamentales y organizaciones sociales y de masas en la materialización de los anhelos, intereses y necesidades de sus miembros.

Son esas cuestiones que, por mucho, superan aquellos intentos antes del 59 de nuclear a pequeños grupos con intenciones de subsistir y salir adelante en medio de la discriminación y el olvido. La Revolución vino a concretar diversas organizaciones que los aglutinan realmente en todo el país.

Es imposible obviar la incursión en los ámbitos del deporte y la cultura, dentro de los cuales personas con discapacidad han logrado brillar con la participación en significativos eventos nacionales e internacionales, así como también los logros en la formación de los niños y niñas con discapacidad visual, la continuidad de estudios, la superación científica y el acceso a los sistemas informáticos.

Por encima de cualquier estadística, con solo mirar a nuestro alrededor, sobrarán razones para que los cubanos preservemos con mentalidad innovadora esta nación de equidad y justicia social, para que nos sumemos a las acciones que se desarrollan en el planeta con motivo del Día Mundial de las Personas con Discapacidad, cada tres de diciembre, proclamado por las Naciones Unidas en 1992.

Y es que, ¡en Cuba hay personas con (dis)capacidades! (Fuente:ACN)