Por Martha Ríos

Cuando el diseñador cubano Armando Sánchez Núñez tomó en sus manos el talonario de la seguridad social, conocido como chequera del jubilado…

…no, no imaginen que tuvo la sensación de ruptura con la vida socialmente activa como refieren muchos llegado ese momento.

Quizás hubo quienes confundieron la parsimonia con que se desenvuelve con el inmovilismo, y hasta pensaron que su actividad se reduciría a los vestales oficios.

Cuán lejos estaban de la realidad. ¿Acaso no saben que en la mente de los silenciosos se fraguan grandes proyectos, y que además, la creatividad no termina, a menos que la persona lo decida?

Y ese no es el caso de este profesional. Cuando se acogió a la jubilación tenía 60 años edad, y hacía tiempo se preparaba para comenzar una nueva etapa de su creación artística.

Más bien, continuar lo que durante más de cuatro décadas fomentó con denuedo, primero en la Empresa de Envases Metálicos ‘Pedrito Valdés’, en la capital cubana, donde empezó su vida laboral, en 1958.

Luego como diseñador de calzado en la Empresa de la Goma ‘Conrado Piña’; como responsable de un Taller de Artesanía del que salieron muchos trabajos para ser exhibidos en la Casa de la Moda ‘La Maison’. 

Participó en montajes de exposiciones en importantes recintos, entre ellos, ExpoCuba, Pabexpo, el Capitolio Nacional, la Feria Internacional de Turismo de Varadero.

También colaboró en el diseño de vestuarios para obras de teatro, para el Ballet de la Televisión Cubana…

Por esa fructífera labor son varios los premios y reconocimientos que atesora. Cuando los relaciona se emociona como un escolar, y parece revivir las experiencias acumuladas.

No es de extrañar entonces que a este artista no se le haya apagado el optimismo, impulsor de su capacidad creadora.

Desde hace 17 años que se jubiló, no ha detenido el pincel y asimiló otros recursos que adquirió en 2012, en el Taller ‘Amelia Peláez’, del Proyecto de la Comunidad Artística Casa Yeti, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

El diseñador, artista de la plástica y artesano, Armando Sánchez Núñez, después de los 70 años de edad hizo estas obras que están apreciando en las cuales mezcla diferentes técnicas.

Algunas pertenecen al llamado arte pobre para el que utiliza no solo cartulinas y acuarelas, sino textiles, metales, poliespuma, madera, plástico, o simplemente recicla llaves, botones, piezas de relojes… que trabaja con singular ingenio dándole a cada una un valor estético y a veces, utilitario.

Las temáticas son disímiles, pero siempre aflora la cubanía y La Habana, su ciudad natal, que el 16 de noviembre de 2019 arribará al medio milenio de fundada, por la cual siente un gran amor y especial orgullo.