Por Susana del Calvo
Dos cosas me llamaron poderosamente la atención al visitar el servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario 'Calixto García', de La Habana.
La primera, un nuevo programa denominado Integración Bio-emocional, y la segunda, la atención en el Hospital de Día.
Pero ante todo, está el hecho de que en ese lugar no se habla de la rehabilitación del paciente, sino de su recuperación. La misión es reintegrarlo a la sociedad.
Luego de consultar con pacientes y familiares, quienes expresaron opiniones diversas, aunque muy satisfactorias sobre el tratamiento, era obligado conversar con sus especialistas a fin de conocer cómo habían logrado insertarse en la comunidad, teniendo en cuenta la complejidad del trabajo encaminado a la salud mental.
Allí todos tienen presente el valor de una sonrisa, desde el jefe del servicio, el Dr. Jorge Luis Velázquez, los especialistas como Prado, docente por excelencia, Israel, que no se queda atrás en su conocimiento general, Alexis con los derechos humanos, los médicos y enfermeras en general, sin olvidar al personal de mantenimiento, atento a todo lo que se pueda necesitar. Por cierto, hacen un café a lo cubano, de maravilla.
El programa de Integración Bio-emocional demuestra cómo los recursos psicológicos de cada cual pueden solucionar sus problemas.
Ello no implica que abandonen los medicamentos en los casos que se necesiten, pero pone en evidencia las posibilidades de una terapia novedosa que da muestras de su eficacia.
No es ver al paciente aislado, sino en su relación con el entorno, la sociedad, y cómo en ocasiones, lo que ha quedado archivado en su subconsciente por un trauma anterior, sale a relucir con mayor fuerza ante un evento similar y puede llegar incluso a situaciones extremas. Los especialistas van más allá, en busca de antecedentes genéticos.
Este programa atiende la salud mental en general y tiene impacto en el tratamiento de la violencia, las adicciones, entre ellas el alcoholismo, que en Cuba sí constituye un problema de salud en algunas regiones del país.
Trabajan también con el envejecimiento poblacional, porque el aumento de la expectativa de vida no significa enfermedad, lo que hay que encontrar es una mejor calidad en el quehacer diario, que las personas se sientan útiles y reconocidas en la sociedad, aunque tengan cien años.
Por cierto, en Cuba hay alrededor de tres mil centenarios y algunos, como una maravillosa mujer de 104 años, ofrecen conciertos de Bethoven.
Los investigadores se basaron en estudios de científicos en Alemania, Francia y España. Luego confeccionaron el programa cubano y establecieron diplomados para la preparación de los expertos. Trabajan también la programación neuro lingüística y la relajación.
Sobre la Integración Bio-emocional se realizan encuentros nacionales, con los grupos existentes en otras provincias, e internacionales que nos traen las experiencias de otras latitudes donde ya se aplica dicho programa, o que están interesados en el tema.
Los profesores cubanos también han viajado a otros países para dictar los diplomados, de un mes de duración, y próximamente lo harán a Chile. Para noviembre de este año se efectuará un encuentro internacional.
El servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario 'Calixto García' encontró una herramienta para que las autoridades sanitarias cubanas perfeccionen la atención a la población y mejorar así la calidad de vida.
No podemos dejar de mencionar el Hospital de Día, un servicio polivalente donde el paciente encuentra exactamente lo que necesita.
No los encontrarán acostados, sino realizando múltiples actividades, que son monitoreadas por un equipo multidisciplinario que atiende con rapidez cualquier dificultad que se les presente.
Los familiares y la comunidad son fundamentales en la recuperación de estos pacientes. De ahí que el personal especializado los oriente y prepare para lograr la excelencia, que estamos seguros encontrará en el Hospital Universitario 'Calixto García'.