Aniceto Díaz y su rico danzonete

بقلم: Lorena Viñas Rodríguez
2019-07-08 07:41:35

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Foto: Cubahora.

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana, 8 jul (RHC) A fines de la década del 20 del pasado siglo, en el ambiente musical y bailable cambiaba desfavorablemente el panorama para el danzón. Los bailadores imponían su preferencia por el son, baile muy popular llegado de la entonces provincia de Oriente.

El músico matancero José Manuel Aniceto Díaz (*), de la orquesta de Miguel Failde, creó el danzonete como una suma del danzón y el nuevo género destacaba mucho al cantante solista y su montuno se convierte casi en una guaracha.

Tuvo la feliz idea de incorporar al danzón una cuarta parte -más movida- y la voz humana. Todo quedaría como una mezcla de danzón-canción-y son que, como bien afirmara el propio Aniceto: “no es un baile nuevo, sino una modalidad nueva, y no va contra el danzón, sino para renovar al danzón.”

Separó sus características principales: ritmo regular, melodía y armonía simple, la alternancia de un solo y un estribillo, proveniente de los sones montunos primitivos; aunque los soneros no conocían la música escrita lograban efectos sorprendentes y originales, además de que se ejecutaban seguidos, sin ninguna interrupción como sucedía con el danzón.

El danzonete no tiene variantes coreográficas respecto al danzón, aunque para algunos, es un poco más rápido el paso y permitía ciertos movimientos más ligeros gracias también al vestuario de moda por los años de 1920 donde la saya era más corta y más ligera.

Tuvo el danzonete sus aclamadores y detractores, pero lo cierto es que llegó a La Habana y tuvo una gran aceptación entre los bailadores y cantantes de las décadas de los años 30 al 50 en Cuba..

La orquesta de Tata Pereira, con el cantante Panchito Ricet, fueron los primeros habaneros que interpretaron el nuevo ritmo en la capital del país, durante un bailable efectuado en la sociedad Sport Antillano que radicaba en la calle Zanja, entre Gervasio y Belascoaín. La partitura de “Rompiendo la Rutina” fue entregada a Ricet por el propio Aniceto Díaz para que la interpretara en dicho baile.

A partir del primer danzonete, la Orquesta de Aniceto Díaz logró gran demanda en los salones y sociedades matanceras. El domingo 25 de noviembre de 1929, interpretaron en la primera transmisión de la Radioemisora PWX, de Matanzas, y poco después en la Cuban Telephone, de La Habana.

De 1930 a 1932, se dio a conocer exitosamente el danzonete en una revista musical del Teatro Martí, de la capital. La orquesta de Gerardo Pérez lo interpretó por primera vez en La Habana, en el centro Sport Antillano.

Aniceto Díaz compuso, otros danzonetes, entre ellos El trigémino, El cocodrilo, Zona franca, Dulce imagen, Engreída y otros.

Fue un género de efímera vida, dejó maravillosas páginas en la música, y logró la adopción por la orquesta charanga de un cantante, el cual ejecutaba todas las melodías de moda ya fueran boleros, criollas, canciones o guajiras.

Con el arribo del género a la música cubana, los cantantes toman el protagonismo en las agrupaciones de este período. Se ponen de moda voces, como Pablo Quevedo, Fernando Collazo, Barbarito Diez, Joseíto Fernández, Alberto Aroche, Abelardo Barroso y la emperatriz del Danzonete, Paulina Alvarez, (1912-1965), primera mujer que de manera exitosa interpretó el danzonete.

Además, influyó decisivamente en compositores y directores de orquesta, como Antonio María Romeu, Antonio Arcaño, Arsenio Rodríguez o Enrique Jorrín.

Cincuenta y cinco años despúes de la desaparición física de Aniceto Díaz todavía puede disfrutarse en los medios de difusión de la letra de su inolvidable “Rompiendo la Rutina”, otra huella de nuestra cubanía musical.

(*) José Manuel Aniceto Díaz. Nació en Matanzas 17 de abril de 1887- 10 de julio 1964.



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