El Puente Almendares, un pionero de hormigón en Cuba

بقلم: Lorena Viñas Rodríguez
2019-07-16 09:13:32

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Foto: Todo Cuba.

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana, 16 jul (RHC) El más popular de todos los puentes del río Almendares, el de la calle 23, está ubicado sobre el río de igual nombre, en el Vedado.

Desde él se aprecia uno de los paisajes más bonitos del Bosque de La Habana y el curso del río camino de su desembocadura.

A principios del siglo XX muchos ciudadanos influyentes pedían al gobierno la infraestructura que salvara las comunicaciones entre repartos en pleno auge como Miramar, country club, Kohly y Alturas de Almendares. Además, estaba también en juego la transportación entre las dos ciudades más importantes de la provincia en aquella época: La Habana y Marianao.

Precisamente para facilitar la comunicación entre las dos urbes se iniciaron las obras de construcción en diciembre de 1908 que concluyeron el 15 de julio de 1910.

Cuentan que quien deseara cruzar el río Almendares debía valerse de un puente colgante muy estrecho, utilizado solo como vía peatonal, mientras que coches y otros carruajes lo hacían en una canoa que los pasaba de una orilla a otra.

El primer proyecto de este viaducto data de 1907 y contempló una estructura metálica, algo muy a la usanza de la época, donde el acero era el protagonista de estas obras.

La idea fue pronto abandonada por la proximidad del mar, que representaría una agresión constante a la armazón, y lo costoso que resultaría su mantenimiento, obligaron al replanteo de la obra.

Finalmente se decidió hacer una estructura de hormigón armado. De esta manera el puente Almendares se convertía en el pionero de los puentes ejecutados en Cuba con hormigón armado, lo que significó un triunfo para la ingeniería de la época. Como lo fue asimismo, aunque en menor medida, su arco principal que cruza sobre el río con 58 metros de luz.

Cuentan que cuando la obra estaba a punto de terminarse, la Havana Electric Railway Co gestionó y obtuvo del Gobierno Provincial el permiso para construir sobre el puente una doble vía para llevar el servicio de tranvías hasta Marianao, comprometiéndose a cambio con aportar las luminarias del puente, costear su fluido eléctrico y ocuparse del mantenimiento del pavimento.

La cercanía de la fábrica de cemento El Almendares, establecida a menos de cien metros al norte del proyectado puente, debe haber sido decisiva en esa determinación en una época en que todas las obras se hacían con acero.

El puente significó una inversión de más de 217 mil pesos. Tiene ya más de cien años, pues se inauguró el 23 de enero de 1911, cuando quedó abierto al paso.

Entre los primeros nombres por el que se conoció está el de Asbert por Ernesto Asbert quien fuera el gobernador de La Habana en tiempos de su construcción, quien no demoraría en verse encarcelado por asesinato en el momento en que se hallaba en la cúspide de su carrera y se suponía futuro presidenciable.

Orgullo de los habaneros, y cercanos a los 500 años de fundación de la ciudad, no es el Puente Albert ni el Puente Habana, como se le llama en algunos documentos, sino que sigue siendo el Puente de 23.

El Puente Almendares, sobresale sobre otros cinco más que han resaltado en la historia por facilitar el desarrollo de la ciudad de La Habana.

En 1940 se le hizo al puente una remodelación capital.



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