Por: Maritza Gutiérrez
La Habana es una ciudad que protege las piezas históricas de todo el mundo, pero cuando se habla del Museo Napoleónico, muchos se preguntan si alguna vez el gran corso visitó Cuba.
Napoleón Bonaparte, militar y gobernante francés nació el 15 de agosto de 1769, y en La Habana existe uno de los más sorprendentes museos dedicados al emperador francés, no porque nos visitara, sino porque un multimillonario cubano, Julio Lobo Olavarría, magnate del negocio azucarero, se dedicó a coleccionar piezas pertenecientes a Napoleón y otras relacionadas con la época en que vivió el famoso emperador.
Para ubicar a buen recaudo su colección, este señor eligió una bella mansión que semeja un palacio renacentista de la Florencia del siglo 16. La casa fue vivienda del acaudalado político italo cubano Orestes Ferrara. Fue construida entre 1926 y 1929 con un diseño que estuvo a cargo de la firma Govantes y Cabarrocas.
Aledaño a la universidad de La Habana, esta magnífica construcción que aún hoy conserva su elegancia, resguarda una asombrosa colección compuesta por más de 7 mil piezas de alto valor artístico, perteneciente a la época del Imperio Francés y etapas anteriores, todas de alguna manera relacionadas con la vida de Napoleón Bonaparte.
Las galerías del Museo Napoleónico ocupan las cuatro plantas del edificio. Sus fondos provienen fundamentalmente de la colección del citado hacendado cubano, a la que se añaden obras donadas, compradas por la institución y recuperadas por el Estado.
La colección incluyen pinturas, grabados, esculturas, muebles de estilo, trajes, equipo militar y armamento, artes decorativas, objetos históricos y una extraordinaria colección de libros raros y valiosos en idioma francés, ingles y español.
En el Museo Napoleónico de La Habana, se encuentra la colección napoleónica más importante de América.
El edificio recibió una restauración integral, así como sus colecciones y su discurso museográfico, lo que permitió rescatar una inmensa colección, devolver una coherencia estilística a cada espacio y la reivindicación de un ambiente de excepcionales características. Por este trabajo recibió en el 2012 el Premio Nacional de Restauración.
En el año del aniversario 500 de La Habana, el Museo Napoleónico se erige como una institución especializada en arte imperio, y está catalogada como una de las cinco más importantes del mundo y única de su tipo en Cuba.