Las calles-escalera en la ciudad cubana de Matanzas

بقلم: Lorena Viñas Rodríguez
2019-09-10 07:48:20

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Foto: Radio 26.

Por: Wilfredo Alayón

Matanzas, Cuba, 10 sep (RHC) Varios son los sobrenombres otorgados a la provincia occidental de Matanzas aunque el que más enorgullece a sus pobladores es el de Atenas de Cuba, por el desarrollo cultural alcanzado en el siglo XIX y mantenido actualmente.

Ciudad dormida, Bella Yucayo, Segunda Nápoles y Ciudad de Poetas, son otros de los calificativos otorgados a esa villa, que cumple el venidero mes de octubre 326 años de existencia.

La geografía de esta localidad, construida sobre suaves colinas a la vera de la bahía homónima, la atraviesan tres corrientes fluviales: Yumurí, San Juan y Canímar, de ahí el mote de Ciudad de los Ríos.

Una necesidad económica y, a su vez, la expansión territorial en las riberas y más allá de ellas, motivó la edificación de viaductos para comunicar las barriadas separadas por las aguas fluviales, de ahí entonces la denominación de Ciudad de los Puentes.

Pero tal vez otro detalle que una mayoría de pobladores y de visitantes desconoce, es que la municipalidad cuenta con varias calles-escalera, lo cual da un matiz agregado a su singular entorno.

La idea de las calles-escalera

El historiador de la ciudad, Ercilio Vento, manifestó que las arterias con la citada característica son consecuencia natural de estar la urbe enclavada en un paisaje de colinas que obliga, en ocasiones, a salvar fuertes pendientes.

“Las calles de escaleras son un tributo al ciudadano, una indudable concesión en un mundo que cada día rinde más culto al automóvil”, comenta el experto.

Matanzas, agrega, en su desarrollo urbano no pudo evitar el sortear elevaciones y, a partir del centro de la ciudad, en un espacio que alcanza desde la plaza de la Libertad hasta la Vigía, el paseante, quiéralo o no, debe remontar suaves, moderadas o fuertes pendientes.

“La idea de construir calles en forma de escaleras tiene lugar a fines de la primera mitad del siglo XX cuando el patronato de los MIL, una asociación pública de vecinos, no gubernamental, se constituye con el propósito de no dejar en Matanzas una sola calle sin asfaltar”, explica.

Al esfuerzo de esta institución, añade- se debe mucho el desarrollo vial de la ciudad, y en ello también estaba implícito el crecimiento hacia las zonas altas, sobre todo en Versalles, donde las pendientes eran mucho más fuertes.

“El patronato de los MIL, o Patronato Pro Calles de Matanzas, fue resultado del escepticismo público ante la habitual apatía gubernamental. La nueva sociedad civil nacida al calor del pueblo, era la contrapartida frente a la negligencia, la corrupción y la decadente vida social”, dice.

El 30 de noviembre de 1946 se inauguró el Balcón de Jáuregui, como primer paso de un proyecto mayor que sería el llamado Bosque del Yumurí.

“Los alumnos de las escuelas públicas y privadas de Matanzas sufragaron, centavo a centavo la construcción del Balcón, lo cual incluyó en este sector de la calle un tramo escalonado; de hecho la primera de las calles en poseer esta condición”, detalla Vento.

Jesús María, La Vedette

La construcción del parque Watkin entre 1948 y 1949 añadió un espacio particular a la ciudad, al tiempo que permitió la continuación de la calle Jáuregui por medio de una larga escalera que vencía la fuerte pendiente entre las calles Santa Isabel y Zaragoza.

“Esta sería la primera de las calles-escalera de longitud notable y aunque hoy se la tiene como parte del propio parque, lo cierto es que posee su propia unidad e identidad urbana”, especifica Vento.

“Como complemento del parque Watkin se realizó la construcción de la escalera de Jesús María, sin dudas la más hermosa de las calles-escalera de Matanzas, con una longitud de 120 metros que salva un desnivel de 40 metros desde la base a lo alto”, subraya.

Posee 121 escalones con 10 terrazas o descansos intermedios, y está dotada de un conveniente sistema de drenaje pluvial por medio de un alcantarillado lateral.

Esta vía presenta además parterres intercalados y en su cima un balcón que ofrece una de las más bellas vistas de la tricentenaria localidad matancera, que dispone en total de siete escaleras insertadas: dos en el barrio Matanzas, y cinco en Versalles.

“Las calles de escaleras de Matanzas están como escondidas. Fueron un invento tardío y casi periférico, lo que explica que muchos no las conozcan y otros jamás las hayan recorrido. Su hallazgo puede sorprender gratamente al viajero”, reflexiona Vento.

“La futura urbanización y desarrollo vial de Versalles obligará a más calles de escaleras. Es imposible obviar su necesidad. Si proliferan, Versalles adquirirá una particularidad única entre los barrios de Matanzas”, apunta.

Y concluye: “Ese detalle ingenieros y urbanistas lo deben considerar para que la obra futura sea bella y funcional. Matanzas, en tal sentido, será, además de la ciudad de los puentes y los ríos, la capital de las calles-escalera”. (Fuente: PL)



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