Por Martha Ríos
En cuatro entregas anteriores, Radio Habana Cuba (RHC) compartió con sus lectores los testimonios de la poeta, ensayista y traductora cubana Nancy Morejón, sobre el escritor e intelectual Roberto Fernández Retamar (1930-2019).
El deceso el pasado 20 de julio en la capital cubana del revolucionario, hombre de Letras, director de la Casa de Las América, la motivó a contar, en exclusiva, algunas de sus vivencias atesoradas en mucho más de medio siglo muy cerca de él.
Las primeras anécdotas datan de su etapa de estudiante de Lengua y Literatura francesas en la Universidad de La Habana, en la década de los 60 de la pasada centuria, donde él era profesor de la Escuela de Artes y Letras; y luego, de los 33 años que laboraron juntos en la institución de Tercera y G, en la barriada de El Vedado.
Nancy rememoró las conversaciones y proyecciones de Retamar, pletóricas de enseñanzas en las cuales afloraban siempre su sencillez, el compromiso con la patria, la Revolución, la cultura cubana y de América Latina y el Caribe, la Pedagogía, la Historia…
Fue un profundo humanista el sempiterno maestro de la Premio Nacional de Literatura 2001, recuerdo que mantiene vivo.
SOLO TÚ, NANCY MOREJÓN
A Marta Valdés
Solo tú, vestida de campana y cocuyos, deslumbrabas así a mis niñas,
Convencidas de que habíamos recibido la visita multicolor
De una pájara de cristal, de fósforo, de aire.
Solo tú escuchaste algunas notas dibujadas por la flauta de Richard.
Solo tú podías devolverme a Rosa, mi abuela jamaiquina,
Llevada en alas del pasaje Alfonso a la calle Peñalver.
Solo tú eras capaz de escribir el epitafio de la inconsolable Ana Mendieta,
Con la atroz infancia como un túnel sin fin en la memoria
Y el ávido sexo de pequeña golondrina añorando su tierra.
Solo tú viste ciertos paisajes célebres
Del Caribe, de México, de los Estados Unidos, de África del Sur.
Solo para que tú los trasladases a tu lengua de ojos entrecerrados
Se inventaron en lugares distantes los enigmas del francés y el inglés,
Y hermanos como Édouard Glissant y Kamau Brathwaite los aclimataron en nuestras islas.
Solo tú, mujer negra hecha de amor y de dolor, de risa y de tristeza,
Solo tú, hija grande,
Solo tú, Nancy Morejón,
Eres hoy esta muchacha de sorprendente tiempo que ilumina
Con la poesía de Felipe, el padre, mientras contempla un barco en la tarde,
De Angélica, la madre, princesa del señorío absoluto
En la casa pobre y lujosa a la cual se asoma lo más puro del cielo estrellado.
La Habana, 14 de octubre de 1994
.Nancy Morejón concluye así el acercamiento que en cinco ocasiones tuvo con los lectores de RHC, a manera de tributo a uno de los paradigmas de la cultura cubana de la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad.