Sangrientas Pascuas

بقلم: Lorena Viñas Rodríguez
2019-12-24 08:41:43

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Foto: Radio Reloj.

Por: Herminio Reynaldo Reyes

La Habana, 24 dic (RHC) El 23 de diciembre de 1956, en el lugar conocido por La Portada de Nicaro, provincia de Holguín, cayó asesinado por la tiranía batistiana Rafael Orejón Forment.

Era el jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en ese territorio oriental y el destacado cuadro con que contaba en esa localidad el inolvidable Frank País.

Ese crimen fue el inicio de una brutal ola de asesinatos que ha pasado a la historia con el nombre de las Pascuas Sangrientas. Durante el 24 y 25 de diciembre no cesó de correr la sangre.

Por localidades de Holguín, Mayarí, Banes, Puerto Padre y Las Tunas, baleados unos, ahorcados otros, con huellas de salvajes torturas casi todos, aparecieron los cadáveres de 23 revolucionarios masacrados por esbirros al mando del coronel Fermín Cowley.

Crueles asesinatos

Los caídos en las Pascuas Sangrientas en las provincias de Las Tunas y Holguín eran en su totalidad militantes del Movimiento Veintiséis de Julio y del Partido Socialista Popular.

“No podemos olvidar, dijo Fidel en el acto por el aniversario 50 del Primer Partido Marxista Leninista de Cuba, los días que siguieron al desembarco del Granma, cuando se producen aquellas navidades sangrientas, en las cuales asesinaron a un gran número de militantes Comunistas. La tiranía consideraba que los expedicionarios habían sido liquidados y desató una ola de terror y sangre en Las Tunas y Holguín”.

No podrá ser olvidada la forma despiadada en que fueron realizados esos crímenes. Pedro Díaz Coello, por ejemplo, dirigente del 26 de Julio en Holguín, fue acribillado a punzonzazos, recibió balas y finalmente apareció colgado de un árbol. (Fuente: Radio Reloj)



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