Por Marnie Fiallo Gómez (Prensa Latina)
La Habana, 4 ene.- En el Archivo Nacional de la República de Cuba (Arnac) pueden encontrarse documentos políticos, otros pertenecientes a relevantes personalidades de la cultura, además de los generados por escribanos notariales, libros, pinturas, mapas, planos? en fin es donde se resguarda la historia de la nacionalidad cubana.
La institución posee más de 27 kilómetros lineales de documentos, entre los más importantes se destacan los protocolos notariales del siglo XVI que caracterizan la sociedad habanera, y entre los más singulares una caricatura que hiciera a José Martí el artista Conrado Masager, donde puede observarse al Héroe Nacional de Cuba con un semblante achinado.
También de gran interés resultan la papelería de la guerra por la independencia de 1895 y la colección de documentos sobre asuntos políticos que incluye temáticas como corso y piratería, movimientos sediciosos, levantamientos de negros, resoluciones gubernativas, así como expedientes sobre la Intervención norteamericana, iniciada en 1898.
El documento más antiguo es un testamento del siglo XV, que fue donado desde España y se conservan igualmente las Constituciones de Jimaguayú (1895); y la de Guáimaro (1869), así como los diarios de figuras relevantes de la independencia en cuba: Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874); Máximo Gómez (1836-1905) y José Martí(1853-1895).
La mapoteca del centro resguarda 27 mil documentos, 70 por ciento de los cuales son materiales manuscritos generados por destacados agrimensores, cartógrafos, arquitectos, dibujantes e ingenieros cubanos de los siglos XVIII al XX.
Se destaca también la colección de más de 66 mil fotografías, grabados, pinturas y daguerrotipos que incluyen desde las imágenes de las familias de José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo (1845 - 1896), hasta el primer retrato sobre cartulina hecho en 1865, en Cuba.
La documentación que protege la institución no solo constituye la reserva más importante de la memoria documental de la isla, sino también resulta fuente obligada de consulta para quienes estudian la sociedad o cualquiera de sus instituciones.
Esa información de gran valor histórico, económico, social y político es una especie de garantía de derechos y obligaciones para el ciudadano común y el Estado, el cual puede planificar el futuro sobre la base de la experiencia adquirida en el pasado.
Fundado el 28 de enero de 1840 como depósito central para la papelería procedente de las instituciones administrativas de la colonia, el Arnac ofrece el servicio de consulta y reproducción de documentos, suministro de información, venta y distribución de publicaciones, asesoría en control de condiciones de conservación y restauración, entrega de copias certificadas y transcripciones paleográficas.
En el centro hoy se revive el pasado a través de una dinámica informacional que hoy se moderniza con la digitalización de los fondos dijo a Prensa Latina Martha Ferriol, su directora.
El proceso inició hace 10 años con la conversión al formato digital de mapas y planos, materiales correspondientes a la continuidad de la contienda bélica de 1895 y del Partido Revolucionario Cubano, destacó la directiva e informó que anualmente unos 60 mil documentos son digitalizados.
Según Ferriol la digitalización, que avanza a la par de la gran red de archivos del país con la colaboración de Iberarchivos y la Asociación Latinoamericanas de Archivos, incluyó en la primera etapa el boletín del Archivo, la publicación más antigua en materia de archivística en Latinoamérica, que data de 1902.
Para el próximo año la institución tiene entre sus propósitos acelerar este proceso, así como perfeccionar la gestión documental y continuar el procesamiento de fondos.
Por un ambiente sano para el archivo
Los documentos resguardados en el Arnac tienen al menos 50 años de antigüedad, por eso es necesario mantener las condiciones ambientales adecuadas que garanticen su preservación, destacó la jefa del laboratorio de conservación y preservación, Sofía Borrego.
La especialista destacó entre las diversas investigaciones que se realizan en tal sentido un proyecto que estudia la calidad micológica del aire -los hongos ambientales- del arnac y los archivos provinciales de Pinar del Río, Villa Clara y Santiago de Cuba.
Iniciado el pasado 2019 y aún en desarrollo, el trabajo ha permitido detectar géneros y especies de hongos que no están reportados en la literatura científica para archivos y otros nunca antes detectados en ningún tipo de ambiente.
Entre las especies halladas sobresalen esporas provenientes de Europa, en particular de Alemania, que ya se encuentran en el ambiente del Arnac y del archivo provincial de Pinar del Río, lo cual indica una dispersión que provoca un importante cambio en el aire, informó Borrego.
La información recopilada alentó la extensión de la investigación a los archivos provinciales de matanzas, Cienfuegos y Guantánamo, provincias donde la Agencia Cubana de Medio Ambiente identificó la existencia de áreas vulnerables.
'Con este proyecto pretendemos conocer más de la distribución y diversidad de los hongos en los ambientes interiores y cómo ellos impactan en los documentos y personas, los datos recopilados permitirán recomendar qué adecuaciones se deben hacer en los archivos estudiados para crear resilencia al cambio climático, principal causa de esta dispersión', expresó.
La experta explicó que al incrementarse la intensidad y frecuencia de sus efectos del clima en la naturaleza los hongos del suelo y las plantas se modifican como para adaptarse, salen de su ambiente a tratar de colonizar otros, su metabolismo se exacerba y su nivel de crecimiento aumenta y se vuelven más agresivos, explicó la experta.
Borrego señaló que el conocer las particularidades del aire en los archivos es de gran importancia para la protección de los documentos en ellos guardados, así como de la salud de quienes a diario laboran por su conservación y garantizan que las nuevas generaciones puedan tener constancia de la historia preservada.
Llamado en sus inicios como Archivo General de la Real Hacienda, el Arnac es la quinta institución de su tipo creada en América Latina, luego de Argentina (1821), México (1823), Bolivia (1825) y Brasil (1838).