Por: Guadalupe Yaujar Díaz
De nombre oficial Camagüey, conocida como “Ciudad de los tinajones”, la hoy capital de la provincia homónima nació bajo el nombre de Santa María del Puerto del Príncipe.
Fundada por orden del conquistador Diego Velázquez el 2 de febrero de 1514, la sexta villa cubana fue elevada a categoría de ciudad en 1817.
El centro histórico de la ciudad fue declarado Monumento Nacional desde 1980 es el más extenso del país, con 382 manzanas en 330 hectáreas. Declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2008.
Aunque sus pobladores se trasladaron posteriormente en dos ocasiones, desde 1530 se instaló definitivamente en su actual emplazamiento.
Sus calles estrechas y curvilíneas y sus callejones semejan un laberinto, en algunos lugares mantienen trazos que varían haciendo incluso triángulos o cerrarse en una de las innumerables plazas de la antigua villa.
El principal de esos espacios es el ahora llamado Parque Ignacio Agramonte, surgido ya en 1528 como Plaza de Armas y que mantiene su condición de núcleo de la estructura arquitectónica de la villa.
En la etapa fundacional alrededor de ella se ubicaron los centros de poder de los colonizadores españoles, entre los cuales figuraban el cabildo y la Iglesia Mayor.
En 1616 Puerto Príncipe fue destruido por un fuego originado por indios fugitivos y esclavos cimarrones que se habían sublevado originalmente en Sancti Spíritus y Trinidad. La villa se volvió a levantar a comienzos de 1617.
Es la única de las primeras siete villas cuyo centro, atípico de la arquitectura de la época, no tiene casas con los portales al frente, dada las estrechas calles. Sólo tenían al frente quicios o andenes hasta 1850, fecha en que el Ayuntamiento acordó construir aceras en las principales calles de la ciudad.
Preserva Camagüey, entre sus edificaciones más sobresalientes, la Iglesia Mayor y Catedral, con sus tres grandes naves y alta torre, que da al Parque Agramonte con su famosa estatua, la austera Iglesia de la Soledad en cuya cripta están enterrados muchos distinguidos camagüeyanos. El siglo XVIII nos legó la Plaza de San Juan De Dios (1728). También de ese siglo, la iglesia de la Soledad, la más antigua, la catedral y la iglesia de la Merced, que atesora un Santo Sepulcro elaborado en plata ,la pieza de ese metal que existe en la Isla, para lo cual se utilizó con parte de las 23000 monedas de ese metal que donara un devoto
En esta ciudad se escribió Espejo de paciencia, primera obra literaria cubana, de Silvestre de Balboa. Su Palacio de Justicia fue el primero en funcionar en la isla, entre su patrimonio material e inmaterial. El adoquinado de principios del siglo XX de las calles, que sustituyeron las terminaciones originales, da relieve especial a algunos ejes principales.
Sus tinajones, enormes recipientes de barro, son famosos y se encuentran por doquier como elementos eminentemente decorativos. Sin embargo su uso proviene de antaño, empleados para recolectar el agua de lluvia que bajaba por los canales de los techos, a manera de aljibes.
Mientras, el Teatro Principal, edificado en 1850, primero del interior del país, posee una arquitectura colonial de gran valor.
Camagüey es cuna de uno de sus más ilustres hijos, el Mayor General Ignacio Agramonte, un brillante combatiente de la primera gesta independentista cubana
Más de cinco siglos despúes de fundada, la bella urbe principeña se renueva cada año por estos días en medio de la lucha contra el tiempo y la modernidad.
(Tomado de varias fuentes)