Escrito por Wennys Díaz Ballaga y Mariela Díaz Sosa, estudiantes de Periodismo (Cubasí)
La Habana, 15 mar.- «Esta mañana a las nueve se verificó en Columbia la solemne ceremonia patriótica de entregar las cien casas primeras construidas por cuenta del Estado para los obreros en el reparto Pogolotti de aquella barriada», así describe el hecho de la fundación del primer barrio obrero de Cuba, el Diario de la Marina en su edición de la tarde correspondiente, al 24 de febrero de 1911.
«Es el primer barrio obrero de Cuba y posiblemente de América Latina», afirma Ciro Bianchi Ross, destacado periodista del diario Juventud Rebelde, en su publicación Pogolotti cumplió años, del 25 de febrero de 2012.
El barrio inicialmente nació con el nombre de Redención, luego sus pobladores en honor al dueño de la empresa constructora que ejecutó las obras los pobladores empezaron a llamarlo Pogolotti, nombre que ha perdurado hasta la actualidad.
Origen y fundación del barrio
La idea proviene de Luis Valdés Carrero, obrero tabacalero y combatiente del Ejército Libertador, quien fuera el encargado de defender las capas más humildes, como representante de la Cámara de Gobierno de José Miguel Gómez, afirma la Licenciada Magda Mardones Gómez, Técnica Museóloga del Museo Municipal de Marianao.
Tras sesionar la Cámara, Valdés Carrero propone la construcción de mil casas para obreros en La Habana, las cuales serían entregadas por un costo de $650.00 pesos que incluía terreno, calles, agua y alumbrado.
La ley fue aprobada por la Cámara el 27 de junio de 1910, pero no fue aplicada hasta el 18 de julio del mismo año. Según las Notas aclaratorias del libro ʺ Del barro y las vocesʺ de Marcelo Pogolotti, realizadas por un equipo de la Fundación Ludwig en coordinación con la doctora Graziella Pogolotti, «La ley consistía en la construcción de dos mil casas para obreros, de las cuales mil serían en La Habana. Los solicitantes debían ser padres de familia, sin propiedades y empleados de oficios manuales».
Las obras fueron llevadas a cabo por la Compañía Constructora de Dino Pogolotti, quien además era dueño de las tierras donde se fundaría el barrio el 24 de febrero de 1911.
No todo fue alegría
A pesar de que las fincas de Dino se encontraban en un terreno en principios de urbanización, con calles arboladas, aceras y establecimientos públicos, no todo era felicidad. Pronto comenzaron a surgir problemas sanitarios que afectaban la estabilidad de la zona. La escasez de medios de transporte, la falta de luz y agua fomentaron que los obreros se dejaran de interesar por residir en las recién construidas casas.
En 1917 la falta de alcantarillado trajo como consecuencia que la población fuera víctima de varias epidemias. Además, la falta de alumbrado provocaba que aprovechados y delincuentes intentaran en más de una ocasión actos inmorales y delictivos en contra de las primeras familias residentes del barrio, afirma Henoch V. Garriga Alonso en su tesis de grado: Origen, evolución y estado actual del primer barrio obrero de Cuba: ʺRedenciónʺ (1910-1953).
Junto con el barrio se construyó un tanque de hormigón (que aún existe) el cual se abastecía por una bomba instalada junto al río Almendares. Sin embargo con este suministro de agua existieron serios problemas que obligaron a la población a depender de pipas de agua.
Debido a los problemas sanitarios antes mencionado, en 1918 se intentó desalojar el barrio por problemas sanitarios según afirma Marcelo Pogolotti en su libro ʺDel barro y las vocesʺ. Pero según la tesis de Henoch Garriga esto no fue posible debido a la enérgica oposición del vecindario liderado por Pablo Calzadilla, Sandoval y Alberto Lombard y otros.
Por aquí pasaba un solo tren que se dirigía hacia el centro de La Habana y algunos coches de caballos que hacían el mismo recorrido, la mayoría de las personas que vivían en el barrio provenían del centro y trabajaban allí, por tanto dirigirse a esa zona era un dolor de cabeza, así rememora Rafael del Toro Oro, actual historiador de Pogolotti.
Vida social
La mayoría de los habitantes de Pogolotti eran trabajadores manuales – tabaqueros, albañiles, carpinteros,...- y procedían de distintos lugares de la capital. Estos poseían un gran concepto de unidad y cooperación en función de la prosperidad del barrio, pero se diferenciaban en cuanto a costumbres, hábitos y creencias religiosas.
Aquí la gente se agrupaba en sociedades y clubes, que se fueron creando poco a poco, aunque no todos eran para todos, los blancos tenían los suyos y nosotros los negros teníamos los nuestros, asegura María Rodríguez Ordóñez, vecina del barrio por más de 80 años.
Pogolotti es un barrio lleno de creencias y religiones, en él convivieron y aún conviven protestantes, católicos, santeros, espiritistas, masones y abacuás, sin dejar de mencionar que algunos eran ateos. Tradiciones como la Procesión de la Santa Bárbara – realizada hasta 1936 – y de la Virgen de la Caridad del Cobre iniciada en 1926, acompañaron a ese pueblo desde sus inicios.
Interesantes…
Tras el asesinato de Antonio Guiteras Holmes y Carlos Aponte los restos de estos fueron traídos para la casita del padre de Aponte y allí fueron resguardados hasta la década del 70 del siglo XX, así cuenta Rafael del Toro Oro.
En esas tierras que desde 1911 ocupa el vigoroso y guarachero barrio obrero de Pogolotti vivieron grandes músicos del panorama artístico cubano como: Oscar Valdés, percusionista de la Orquesta Irakere; Cesar ʺPupyʺ Pedroso, director de los que Son Son y la destacada trovadora María Teresa Vera, cuenta Julia Fernández Villa, vecina del barrio. Además cuenta Rafael del Toro, que también Lidia Cabrera destacada etnóloga e investigadora fue residente de esta barriada.
La historia de este barrio daría para escribir muchos reportajes como este, celebramos sus 109 años de fundado. Felicidades a los pobladores de Pogolotti.
