Por: Guadalupe Yaujar Díaz
La Habana, 2 jul (RHC) “Soy de oficio, poeta, es decir, un pobre diablo a quien no le queda más remedio que escribir en versos. Y lo hago, no por vanidad, ni por el deseo de brillar o qué se yo, sino por necesidad, porque no me queda más remedio que escribir estas cosas que se llaman poemas”.
Así se describía el escritor cubano Eliseo Diego (*), cuyo centenario de natalicio se celebra este dos de julio.
Considerado uno de los mejores poetas de todos los tiempos en lengua española, transitó la literatura cubana por el ensayo, las traducciones y la prosa, géneros tratados con talento y absoluto dominio de la palabra, que distinguió su estilo.
Desde de su primera publicación, titulada En la calzada de Jesús del monte (1949), hasta sus últimos poemas de los años 90, su obra aparece marcada por su modo personal, que funde impecablemente el manejo de tiempos y espacios en el tratamiento poético de temas y ambientes.
Escribió sus primeros cuentos infantiles en 1928, en los cuales hay revelaciones que conectan la historia personal de su niñez: la vida en una casa a las afueras de La Habana, “La Quinta”, durante su infancia y el cambio de residencia a los nueve años.
Cuando su vocación literaria estuvo consolidada, vinculó a esta no solo los dos espacios, sino también el hecho de haber ocurrido en la primera etapa de su infancia.
Para él, no se es poeta, si no se conserva inequívocamente un espíritu infantil, como sucede en A través de mi espejo, reveladora historia de su primer recuerdo de esa época.
Eliseo Diego definió que, para crear, es preciso razonar como un adulto y ver como un niño.
Comenzó por la narrativa con En las oscuras manos del olvido (1942), que refiere los primeros años de vida del poeta y recurre a los mismos nombres que los personajes familiares de la vida real y los mismos lugares.
Fue uno de los fundadores del grupo y la revista Orígenes, junto a José Lezama Lima, Fina García Marruz, Cintio Vitier, Virgilio Piñera y Gastón Baquero, entre otros, grupo que reunió a toda una generación de artistas de la Cuba de antes de la Revolución.
Entre los textos más conocidos de su impronta creativa, sobresalen En la Calzada de Jesús del Monte (1949), Por los extraños pueblos (1958), El oscuro esplendor (1966), Libro de las maravillas de Boloña (1967), Versiones (1970), Los días de tu vida (1977), A través de mi espejo (1981), Inventario de asombros (1982), Veintiséis poemas recientes (1986), Soñar despierto (1988), Cuatro de Oros (1990), En otro reino frágil (1999), Aquí he vivido y Poemas al margen (ambas en el año 2000).
En 1986, obtuvo el Premio Nacional de Literatura, por el conjunto de su obra; en 1988 y 1989, el de la Crítica, y en 1993, el Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.
(*) Eliseo Diego nació el dos de julio de 1920 en La Habana y falleció el primero de marzo de 1994 en México, a consecuencia de un infarto del miocardio, vinculado a un edema pulmonar. Sus restos fueron trasladados a Cuba, dos días después.