La Madre Teresa de Calcuta, en su visita a Cuba

بقلم: Maite González Martínez
2020-07-08 16:14:06

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Foto/ Todo Cuba

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana, (RHC) El 8 de julio de 1986, la Madre Teresa de Calcuta (*) visitó Cuba. Pasó por aquí y nos dejó su huella de entrega con los más pobres, los leprosos y hambrientos de Calcuta, en la India, imagen que generó la admiración de creyentes y no creyentes.

La Premio Nobel de la Paz, en su segundo viaje a la Isla, de varios días -el primero, solo una breve estancia en el Aeropuerto Internacional José Martí-, constituyó la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Caridad.

Durante la histórica visita, participó, además, en varias actividades religiosas organizadas en su honor.

Compartió con el máximo líder cubano Fidel Castro, a quien le obsequió una estatuilla de marfil de Nuestra Señora de la Milagrosa, que se atesora en el propio convento.

Por la impronta dejada en la mayor de las Antillas y en recordación a su labor humanitaria en varias regiones del planeta, tras su fallecimiento dos años antes, el 30 de enero de 1999, le fue erigido un monumento en bronce en un jardín dedicado a ella, situado en el fondo de la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, en el Centro Histórico de la Ciudad de La Habana.

En ese espacio de religiosidad, cultura y descanso, la estatua de la Madre Teresa de Calcuta y el jardín devienen armónico ambiente de reflexión y mística.

El jardín posee tres obras escultóricas, concebidas y realizadas para armonizar con el entorno: Paradoja y Orgánica Astral, elaborada en arcilla roja, de la creadora Amelia del Carmen Carballo; y la sugerente Mesa del Silencio, en barro esmaltado, de la autoría de Carlos A. Rodríguez Pérez.

La escultura en bronce es obra del artista José Villa Soberón, develada en 2003, cuatro años después de la creación del jardín.

La obra representa a la Madre Teresa de Calcuta sentada, sobre un muro de piedras; detrás de ella, en una cavidad semicircular, una Cruz enorme, leyendo una biblia y vistiendo su atuendo tradicional.

En la inauguración del sitio, Eusebio Leal Spengler, director de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, afirmó que la obra es “reflejo de la intensa espiritualidad y la suprema humildad de aquella gran mujer, en un mundo martirizado por la pobreza, la guerra y el dolor”.

Justo a la entrada de este oasis espiritual habanero y en una de las paredes laterales del convento, reza un mensaje de aliento, una advertencia propicia en este tiempo convulso, tan necesitado de tenacidad y optimismo. El mensaje a la humanidad, extraído del pensamiento filosófico de la Madre Teresa de Calcuta, dice: “La vida es sueño, hazlo realidad. La vida es un reto, afróntalo”.

Por su labor, durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos. Obtuvo en 1979 el Premio Nobel de la Paz, y en 1980 el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna.

A ellos se sumaron una decena de premios y reconocimientos de primer nivel, tanto nacional como internacionalmente.

(*)  La madre Teresa de Calcuta, cuyo verdadero nombre fue Agnes Goinxha Boyaxhiu nació el 26 de agosto de 1910 en Skopie, Macedonia. Posteriormente, fue nacionalizada india. Murió a los 80 años de edad en Calcuta, el 5 de septiembre de 1997. (Compendio de Internet).



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