Por: Roberto Morejón
En medio de sofocantes temperaturas de verano, egresan de las escuelas cubanas miles de graduados en todos los niveles de un sistema gratuito, en la búsqueda de más calidad, y en el que obtuvieron sus títulos los jóvenes Elián González y Jennifer Bello.
Elián concluyó sus estudios como Ingeniero Industrial en la Universidad de la occidental provincia de Matanzas 16 años y 8 meses después de ser secuestrado por contrarrevolucionarios en Miami con el apoyo de familiares lejanos.
Tras siete meses de disputas legales y una gran movilización de su padre y todos los cubanos, Elián regresó a Cuba, se incorporó a la escuela y hoy está listo para ejercer como ingeniero industrial.
También se dispone a debutar como profesional Jennifer Bello, licenciada en educación-pedagogía-psicología, dirigente estudiantil y la más joven integrante del Consejo de Estado de Cuba.
Hablamos de dos entre miles de jóvenes eufóricos por finalizar su aprendizaje y alistarse a ejercer en sus ubicaciones laborales.
Allí tratarán de hacer más eficiente la producción y mejorar los servicios, en un país enfrascado en la actualización del modelo económico y con importantes limitaciones materiales.
Entre los egresados de los diferentes niveles de instrucción del período 2015-2016 destacan casi cuatro mil 600 que hasta hace unos días estaban matriculados en las escuelas pedagógicas.
Reabiertos en 2010, esos planteles tienen la misión estratégica de calificar jóvenes como maestros de la enseñanza primaria y especial, la base de cualquier estructura educacional, esencial en Cuba por el déficit de pedagogos.
Graduados como bachilleres, los nuevos maestros tienen el deber de iniciar estudios en las Universidades para recibirse como licenciados en educación y ser más útiles en su profesión.
Mientras los recién graduados de los diversos ciclos gozan del asueto veraniego, los directivos de los ministerios de Educación y de Educación Superior dan los toques finales al venidero año lectivo, a iniciarse en septiembre.
Las prioridades de esa fase consisten en la consolidación de los logros, aumentar la calidad de la enseñanza, mejorar la aún insuficiente formación vocacional y convertir a las escuelas en espacios para instruir y forjar valores ciudadanos.
NO se concibe en Cuba a los colegios lejos de los objetivos de formación de una cultura integral para todos, en tiempos en que la banalidad, el consumismo y la desmemoria histórica se irradian a través de Internet y la industria mundial del entretenimiento.
Los graduados de los niveles educacionales tienen una misión decisiva, la de aplicar sus conocimientos y habilidades en la producción y los servicios y contribuir a los propósitos de construir un socialismo próspero y sostenible, con apego a las tradiciones. FIN