por Roberto Morejón

Al hacerse eco de la preocupación de su país y otros 8 de América Latina, el canciller ecuatoriano, Guillaume Long, calificó en términos enérgicos la Ley de Ajuste Cubano que privilegia la migración de las personas de ese origen, sin importar la modalidad.

El jefe de la diplomacia ecuatoriana informó sobre una misiva suscrita por él y 8 homólogos, en representación de países situados al sur del Río Bravo, y dirigida al Departamento norteamericano de Estado.

En el texto, los firmantes patentizan las afectaciones a la región por el flujo irregular de cubanos hacia territorio norteño, expuestos al tráfico de seres humanos, y exigen al destinatario revisar su política migratoria hacia la mayor de las Antillas.

Como se sabe, a los migrantes irregulares oriundos de Cuba los acogen automáticamente en Estados Unidos y un año después tienen acceso a la residencia.

La actitud es diametralmente opuesta a la asumida con los restantes viajeros subrepticios de América Latina, el Caribe y otras partes del planeta, deseosos de llegar a la nación norteña por razones económicas.

Al evocar las consideraciones de sus homólogos latinoamericanos, Guillaume Long apeló a términos enfáticos para referirse a la Ley de Ajuste Cubano, a la cual calificó de anticuada, anacrónica y de doble estándar.

El orador destacó que aunque los países latinoamericanos que redactaron la carta son de diferentes tendencias ideológicas, comparten la preocupación por el incentivo otorgado por la Ley de Ajuste a la migración irregular cubana.

De acuerdo con los cancilleres signatarios, ese instrumento legal y la política de "pies secos, pies mojados" se han constituido en un estímulo al flujo desordenado, irregular e inseguro de ciudadanos cubanos.

En tal sentido, los ministros solicitaron una reunión con el secretario John Kerry porque consideran el problema cada vez más agudo.

Y así lo es. Si quedaran dudas sólo basta remitirse a las situaciones afrontadas en meses recientes por los gobiernos de Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador, donde quedaron varados miles de cubanos en su camino hacia Estados Unidos.

En una reciente visita a Washington, el presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, reiteró su petición a Estados Unidos de derogar la Ley de Ajuste Cubano.

En una ronda de conversaciones sobre asuntos de migración entre Estados Unidos y Cuba sostenida en La Habana, el gobierno antillano enfatizó en que las disposiciones políticas y legales de la nación norteña estimulan la emigración irregular hacia ese destino.

Sin embargo, el gobierno estadounidense sigue imperturbable, aunque está por ver su respuesta a los cancilleres de nueve países, como parte de una iniciativa unitaria pocas veces vista en el panorama diplomático regional.