por Roberto Morejón
Miles de cubanos continuaron durante las vacaciones veraniegas asistiendo a debates provechosos sobre dos de los documentos aprobados en el pasado VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, de trascendental importancia para el futuro del país.
Los participantes son la militancia del partido y la Unión de Jóvenes Comunistas, integrantes de organizaciones de masas como la Federación Estudiantil Universitaria, y amplias capas de la sociedad.
A todos les pidieron una lectura exhaustiva previa de los materiales, dada la rigurosidad conceptual de los documentos "Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista" y "Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030".
Los encuentros han transcurrido en un clima de seriedad y con numerosos aportes de los congregados, quienes expusieron ideas sobre el modelo económico y social de país para los próximos años.
En algunos espacios de debate salieron a la luz, por ejemplo, los límites de la autonomía empresarial del sector estatal socialista, la necesidad de una mayor competitividad y el avance de la actividad por cuenta propia.
La discusión de documentos de tanto relieve cobra especial significación en la presente coyuntura cubana e internacional.
En medio de acentuadas limitaciones materiales, sobre todo energéticas, y el bloqueo estadounidense, Cuba apuesta por un socialismo próspero y sostenible que reconoce las leyes del mercado, pero no queda seducida ante su empuje.
En el plano externo, avanza en América Latina una cruzada de la derecha política y del neoliberalismo contra los procesos populares, especialmente Venezuela, sin descartar las presiones, abiertas o disimuladas, contra la Revolución Cubana.
En esas circunstancias y como piedra cardinal del proyecto social cubano, se busca el consenso y la unidad, sin desterrar espacios para la expresión de criterios diversos.
En las más de 22 200 reuniones realizadas desde mediados de junio y hasta el 26 de julio pasado para debatir sobre dos de los documentos aprobados en el pasado Congreso del Partido Comunista, habían participado más de 704 000 personas.
Los convocados realizaron casi 359 700 intervenciones, incluidas 95 482 propuestas dirigidas, casi en su totalidad, a enriquecer y hacer más puntuales los documentos.
Altos dirigentes del Partido Comunista subrayaron que al calor de los planteamientos en las reuniones se introducirán cuantos cambios sean necesarios y al ritmo decidido internamente, sin apresuramientos.
El objetivo es consolidar el socialismo autóctono y hacerlo más eficiente, sin someterse a presiones externas, pues buena parte de ellas se dirigen a desmantelarlo.
