por María Josefina Arce

Próximo a cumplir tres décadas, nuevamente el Plan integral de desarrollo Turquino-Manatí es objeto del reconocimiento de organismos internacionales por ser un ejemplo para un eficaz desarrollo de la montaña, al unir componentes económicos productivos, sociales y ambientales.

Rosalaura Romeo, secretaria del programa Alianza para las Montañas, coalición voluntaria de Naciones Unidas, afirmó que Cuba es miembro fundador de esa alianza, surgida en 2002 en el marco de la Cumbre de la Tierra, de Sudáfrica, pero desde mucho antes desarrolla un plan integral de manejo de las zonas montañosas digno de imitar.

Esta iniciativa, puesta en práctica a partir de 1987 por las autoridades cubanas, incluye no solo el 18% de las zonas montañosas del país, sino también otras que constituyen objetivos estratégicos. Es así que abarca a 50 municipios y beneficia a unos 700 000 pobladores de 10 provincias con relieves montañosos.

Sin dudas el Plan ha posibilitado la elevación de las condiciones de vida de los pobladores de esas zonas, que morían de hambre y de enfermedades prevenibles y no contaban con acceso a la educación antes del triunfo revolucionario de enero de 1959.

Un ejemplo de lo que ha significado el trabajo desarrollado a lo largo de estos años en beneficio de los pobladores de esas zonas es el hecho que en el actual curso escolar la matrícula de educandos supera los 100 000, distribuidos en casi 2 000 escuelas que abarcan los distintos niveles de enseñanza.

Otra obra de gran impacto social, esencial para quienes viven en el denominado Plan Turquino, es el consultorio del médico de la familia que ha posibilitado algo no soñado por los habitantes de los lugares montañosos: el acceso a la salud.

Hasta allí llega también el desarrollo cultural a través de los promotores, instructores de arte, artistas aficionados y proyectos socioculturales, los que tienen el encargo de que los hombres y mujeres, lejos de ser meros espectadores, se conviertan también en protagonistas.

La terminación de caminos, carreteras, el establecimiento de la luz eléctrica y la llegada de las señales televisivas figuran también entre los principales resultados del Plan Turquino Manatí.

Como parte de este programa y con el apoyo del PNUD, Programa de la ONU para el Desarrollo, se ha puesto en práctica el proyecto Conectando paisajes de gran impacto sobre la vida de los montañeses, el desarrollo de las localidades, la generación de empleos, así como la contribución a la seguridad alimentaria.

El Plan Turquino-Manatí, como bien señalan directivos de organismos internacionales, es un buen ejemplo para un manejo integral de la montaña y en el que empoderan a sus pobladores a quienes les confieren un papel líder en su desarrollo.