por María Josefina Arce

Entre todas las batallas que durante su vida lideró Fidel Castro destaca la del Tercer Mundo contra la deuda externa. Con su clara visión política el líder de la revolución cubana proclamó al mundo la imposibilidad de pagar ese abultado débito, pues su pago sería a expensas de la soberanía y el futuro de los pueblos.

Es así que bajo su liderazgo, Cuba desarrollaría toda una campaña a nivel internacional para concientizar al mundo sobre la magnitud y naturaleza del gran problema que aquejaba a las naciones del Sur.

La Habana fue entonces en agosto de 1985 escenario de un encuentro sobre la deuda externa de América Latina y el Caribe, que reunió en la capital cubana a sindicalistas, mujeres, estudiantes, periodistas, políticos, empresarios e intelectuales.

La reunión contó con la activa participación del revolucionario cubano, quien ya en su discurso de septiembre de 1979 en la ONU había alertado sobre lo insoportable de la situación para los países menos desarrollados, lo cual venía denunciando desde principios de la década del 70.

Cuatro años después en marzo de 1983 volvería a patentizar su preocupación en la Séptima Cumbre del Movimiento de Países NO Alineados, celebrada en Nueva Delhi, India. En esa ocasión señalaría la necesidad de luchar para que la deuda externa fuera cancelada para el gran número de países que no tenían posibilidad real de pagarla, y que fuera aliviada drásticamente para aquellos que, bajo nuevas condiciones, pudieran cumplir su compromiso.

En el discurso de clausura del encuentro de La Habana afirmaría: “...no hay nada más parecido a un cáncer que la deuda externa...El imperialismo ha creado esa enfermedad...y tiene que extirparse quirúrgicamente, totalmente, No le veo otra solución..”, subrayaría.

Con atención Fidel escuchó a todos los que intervinieron en los seis días de sesiones y con su manera muy peculiar de decir las cosas, pero siempre claramente analizó detalladamente con los presentes lo que para los países del Sur representabaEl el pago de la deuda y sus intereses.

La realidad es que el pago de la deuda ha desangrado a las naciones y ha sido el pretexto para saquear sus recursos naturales. Fidel comprendió que más que deudores, los países del Sur era y son acreedores de una deuda histórica, financiera, social y ecológica de siglos de explotación.

En la capital cubana hace más de 30 años sin dudas, se trazaron pautas para aunar posiciones. Se contribuyó a un mayor nivel de conciencia sobre la verdadera naturaleza del problema de la deuda, sustentado en un injusto orden económico internacional, como muchas veces denunciara el líder histórico de la revolución cubana.

El encuentro de La Habana, cuyo promotor fue Fidel Castro, constituyó sin dudas el inicio de una lucha que aún hoy se mantiene, pues las ideas expresadas por el líder histórico de la revolución cubana tienen total vigencia.

Y es que las recetas impuestas a muchas naciones en el mundo por el FMI, Fondo Monetario Internacional, y acatadas por gobiernos neoliberales solo han acentuado la situación de pobreza y hambre.

Los más humildes, como la historia se ha encargado de confirmar, son los que han llevado sobre sus hombros el peso del endeudamiento, sobre lo que siempre alertó el líder histórico de la revolución cubana, quien abogó durante su vida por la supresión de las relaciones desiguales entre los países ricos y pobres y defendió el derecho del llamado Tercer Mundo a regir su destino, libre de injerencias y de medidas expoliadoras.