por Roberto Morejón

Los vietnamitas manifestaron consternación por la desaparición física del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro, desenlace doloroso acaecido siete días antes de cumplirse el aniversario 56 del establecimiento de relaciones entre los dos países.

Como máximo dirigente cubano, Fidel Castro impulsó la aproximación a ese pueblo heroico que combatió el colonialismo y el imperialismo y levantó al país casi de las ruinas, como aspiró el patriota Ho Chi Minh.

Residentes en Vietnam de la tercera edad atesoran recuerdos de la histórica visita del guía de la Revolución Cubana del 12 al 17 de septiembre de 1973.
Hablamos del primero de esos contactos oficiales, pues regresaría en diciembre de mil 995 y febrero de 2003, durante los cuales la amistad y la cooperación tuvieron reflejo en acuerdos mutuamente provechosos.

El entonces primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y primer ministro recorrió la provincia de Quang Tri en 1973. Con anterioridad, ningún estadista extranjero había llegado a la zona liberada de Vietnam del Sur, reunificado después al norte.

Testimonios de la época apuntan a la inolvidable imagen acuñada por el visitante del hermano país caribeño al hacer ondear la bandera del Frente de Liberación Nacional del Sur de Vietnam sobre un tanque, en lo que se interpretó como un símbolo de heroísmo y de solidaridad.

Cuentan que los vietnamitas se concentraron en calles y plazas para saludar a Fidel Castro, considerado amigo y compañero por el apoyo personal y el de su país durante la lucha de liberación nacional y contra la agresión externa.

La hermandad y gratitud de los vietnamitas por los cubanos y el líder de su Revolución fue reafirmada durante el reciente viaje a La Habana del presidente Tran Dai Quang, quien se entrevistó con Fidel Castro.

En esa conversación, el destacado luchador por la justicia social rememoró las impresiones derivadas de encuentros con otros dirigentes del país indochino y reafirmó su admiración por el héroe Ho Chi Minh.

La permanencia del Jefe de Estado de Vietnam en Cuba y su diálogo con el entrañable amigo Fidel Castro tuvo lugar cuando dirigentes de ambos países exploran nuevos nichos para los intercambios económicos y la cooperación.

Vietnam, cuyo aporte es decisivo en el cultivo del arroz, y Cuba, con contribución importante a las infraestructuras del país asiático, trabajan por colocar las relaciones económicas al mismo nivel de las políticas.

Cubanos y vietnamitas tienen presente la conocida declaración de Fidel Castro: “Por Vietnam estamos dispuestos a dar nuestra propia sangre”.