Por Nicanor León Cotayo
Este lunes Correo del Orinoco desplegó en Caracas un título muy significativo: “Se desmorona la MUD”.
Bajo la firma de Roy Daza escribió sobre la conducta asumida por esa titulada Mesa de la Unidad Democrática.
¿Dónde? En el diálogo que inspirado por la jefatura del Gobierno nacional se inició el 30 de octubre último.
Un poco después la MUD abandonó el proceso que, avalado por el Vaticano y otras instituciones prestigiosas, trata de alcanzar la paz en esa nación suramericana.
Según Daza, la causa estuvo determinada por la inoperancia de ese grupo con sólida influencia ultraderechista.
Añadió que encara un problema complejo:
De una parte, “la fortaleza del chavismo en el seno del pueblo”, y por otra las hondas diferencias que hay entre los opositores sobre cómo llegar al poder.
Y luego sentenció: en esta supuesta alianza política deben convivir diversas tendencias, pero las une derrotar al chavismo y restaurar el proyecto neoliberal.
También advirtió, no es raro la existencia de diferentes pensamientos en la MUD, pero sí de dos planes políticos que ocasionen grietas y divisiones.
En ese grupo cohabitan, minoritariamente, quienes defienden la vía electoral para lograr sus objetivos, así como otra corriente que busca derrocar al presidente Nicolás Maduro.
Vamos a un escenario electoral en pocos meses, indica Daza, cuando el país afronta una situación muy difícil, “pero con un chavismo fortalecido y una MUD que se desmorona”.
De esta última forman parte destacada personajes como Henry Ramos Allup, quien estuvo al servicio de Carlos Andrés Pérez hasta que la podredumbre política de este lo devoró.
Años atrás, Pérez fue jefe del Partido Acción Democrática (AD), hoy en estado de extinción, pero que sirve de credencial a su leal escudero Allup.
AD salió a flote en 1941 y desde entonces ha escrito una historia sombría en el país suramericano.
Entre 1958 y 1998 estuvo bajo el comando de Carlos Andrés, quien perdió el cargo en medio de un monumental escándalo por corrupción.
Durante aquella etapa el “adversario” de AD fue otro partido tradicional, COPEI, con el que durante algunos años se turnó en el poder.
La junta directiva de Acción Democrática ha tenido entre sus integrantes a Henry Ramos Allup, el cual ha llegado a desempeñarse como su Secretario General.
En sus orígenes algunos lo llegaron a valorar como un “partido de izquierda” que abogaba por el antiimperialismo.
Sin embargo, desde los años 80 del siglo pasado, subordinado a Washington, se cubrió con una frágil etiqueta de “centro izquierdista”.
Cuatro presidentes vinieron de Acción Democrática desde 1960 hasta la década de 1990.
Pero a finales de ese último período la credibilidad del partido de Ramos Allup sufrió un golpe demoledor a causa de escándalos de corrupción acontecidos durante dos de sus presidencias.
Uno de ellos bajo el mando de Carlos Andrés Pérez (1989-1993), tan grande que se vieron obligados a sustituirlo y hasta condenarlo a prisión.
Así llegaron a los comicios parlamentarios del seis de diciembre pasado, cuando AD formó parte de la titulada Mesa de Unidad Democrática.
Pero no es posible hablar sobre Ramos Allup sin mencionar lo sucedido en la capital venezolana entre el 27 de febrero y el seis de marzo de 1989.
En aquel entonces, bajo un gobierno del partido de Henry Ramos Allup, que presidía su mentor, Carlos Andrés Pérez, hubo una masacre donde arrancaron la vida a varios miles de personas.
¿Motivo de la rebelión popular? El 62 por ciento de sus habitantes estaban sumidos en la pobreza no obstante vivir en un rico territorio petrolero y de otros importantes recursos naturales.
Esa impresionante masacre pasó a la historia con el nombre del “Caracazo”.
Horas antes, Carlos Andrés había dictado una serie de medidas económicas neoliberales recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De ahí que, como escribió este lunes Correo del Orinoco, alrededor de 30 años más tarde resulta curioso ver a este ilustre directivo de la MUD erigirse en fiscal de los chavistas e impartir lecciones sobre democracia.
Un espectro del pasado que aún deambula en Caracas gracias a la nobleza y paciencia de sus autoridades y pueblo.
(Tomado de Cubasí)