por María Josefina Arce
Haití, el país más pobre del hemisferio, ha sido por demás, en los últimos años sacudido por un fuerte sismo en 2010 y sucesivos fenómenos meteorológicos como huracanes y tormentas tropicales, lo que ha conllevado al brote de enfermedades como el cólera.
Más de 770 000 contabilizan los casos sospechosos de contraer la enfermedad diarreica aguda, que puede causar la muerte en horas sin el tratamiento apropiado, de acuerdo con datos de la ONU, que se ha trazado como estrategia en un primer momento controlar el mal, para luego ir a su eliminación.
La iniciativa del organismo internacional recibió de inmediato el apoyo de Cuba y Venezuela, que reiteraron su compromiso con el pueblo y el gobierno haitianos y su voluntad de ayudar a esa nación a superar la pobreza y la injusticia social.
De hecho el presidente cubano, Raúl Castro, ha destacado que los cooperantes cubanos estarán en Haití el tiempo que sea necesario para ayudar a ese hermano pueblo caribeño.
En esta ambiciosa meta que se ha trazado la ONU además de los recursos que sean destinados, desempeñarán por tanto, un rol esencial los médicos cubanos, que desde 1998 se encuentran en esa nación y fueron los primeros en atender a las víctimas del devastador sismo de hace seis años.
El experto en salud y desarrollo David Nabarro, designado por la ONU para coordinar el enfrentamiento del organismo al cólera, reconoció la labor de los profesionales de la salud de la mayor de las Antillas y aseveró que su aporte será muy importante en las acciones previstas por la ONU para erradicar el brote y avanzar hacia mejores condiciones de sanidad, con la prevención como bandera.
De fantásticos calificó el funcionario a los médicos cubanos, los cuales, dijo, merecen el reconocimiento y el homenaje por su labor, en particular por su presencia en Haití.
De hecho los cubanos marcaron un antes y un después en el combate al cólera. A los más de 600 colaboradores cubanos de la Salud que ya prestaban sus servicios en Haití en esos momentos, se sumaron más que libraron una batalla sin cuartel contra la enfermedad.
Su labor fue reconocida por la ONU que destacó cómo los profesionales cubanos se organizan para perseguir la enfermedad, comunidad por comunidad, previniendo y sensibilizando, pero a la vez tratando a los afectados.
Pedro Medrano, coordinador principal en aquel entonces de la ONU para la Respuesta al Cólera en Haití, apeló además a la comunidad internacional para que siguiera el ejemplo de Cuba, capaz de salvar centenares de miles de vidas haitianas, pese a sus limitaciones económicas y otras dificultades.
Hace poco regresó de tierra haitiana una brigada del Contingente Internacional de Médicos Especializados en el Enfrentamiento de Desastres y Graves epidemias Henry Reeve, que durante dos meses prestó su ayuda ante el agravamiento del cuadro epidemiológico en el vecino país, tras el paso en octubre pasado del huracán Matthew.
Cuba seguirá prestando su ayuda a Haití en la salud y en otras esferas que sea necesario, pues el mundo tiene una deuda con ese país, el más pobre del hemisferio.