por Nicanor León Cotayo
Una periodista y escritora, Lydia Hidalgo, hizo un comentario este miércoles sobre la desbordada violencia que predominó allí en 2016.
Lo insertó en el Nuevo Herald y responsabilizó de eso al presidente Barack Obama.
Típico de una sociedad donde la generalidad de sus análisis se detiene en las ramas y nunca van a sus raíces.
Y que además prefiere otorgar un peso casi absoluto a la actualización de personalidades, más que a una escala de valores humanos y políticos.
La periodista y escritora recuerda que el 31 de agosto último escribió sobre la “violencia que acecha a nuestro país y, en particular, a su ciudad de Chicago”.
Avala el criterio en cuanto a esa urbe remitiéndose a nuevas estadísticas dadas a conocer esta semana.
Abordan crímenes valorados por ella como escalofriantes y que solo durante los últimos siete días arrojaron un saldo, “en progreso”, de 11 muertos y 50 heridos.
En lo que va del presente año, se cuentan 709 muertos por armas de fuego y 3,651 heridos, para un total de 4,360, de los cuales 785 se califican como muertes violentas.
Es triste, llama la atención Lydia Hidalgo, saber que en Chicago una persona es herida de bala “cada dos minutos” y otra asesinada cada 11 minutos y tres segundos.
Con anterioridad, en 2015, según estadísticas oficiales, ese territorio reportó 481 homicidios, cantidad sobrepasada en septiembre último.
Dos meses más tarde, a fines de noviembre, ya se registraban 701 asesinatos, 300 más que en igual período del año anterior.
Sin embargo, y en sintonía con un guión que se repite, uno de los jefes policiacos de Chicago, Eddie Johnson, calificó de “inaceptables” tales cifras.
Durante un discurso que pronunció en el Union League Club añadió que la violencia atribuida a ciudades como Nueva York y Los Ángeles la ejecuta “un pequeño grupo” de pandilleros.
¿A qué han atribuido además otros voceros oficiales la causa de tan salvaje matanza?
En gran medida, como dicen, “a que el presidente se dedica a criticar a la policía” sin tener toda la evidencia.
También –sostienen- porque apoya a grupos como Black Lives Matter y personajes como Al Sharpton, en ambos casos favorables a la comunidad negra.
¿Realidad o pretextos? Mucho más de lo segundo que de lo primero.
(CubaSí)