Por María Josefina Arce
En el 2017 la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, estará presidida por El Salvador, un país que en los siete años de poder del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ha registrado profundos cambios en favor de los sectores más desposeídos, estrategia que mucho puede aportar a este mecanismo de integración regional.
De hecho, los gobiernos del Frente, presididos primero por Mauricio Funes y ahora por Salvador Sánchez Cerén, han puesto en marcha en la nación centroamericana una agenda inclusiva y con profundo sentido humano para responder a las necesidades de todos los salvadoreños.
Las iniciativas puestas en marcha en estos años han posibilitado el acceso a la educación equitativa e inclusiva, a la salud, niveles satisfactorios de bienestar social y al fortalecimiento de la seguridad ciudadana, uno de los mayores problemas que aqueja a El Salvador.
Destacables son los logros, por ejemplo, en educación. En el 2016 fueron declarados 18 municipios Libre de Analfabetismo, con lo cual suman ya 67 con esa condición y más de 30 mil personas beneficiadas.
El objetivo no es solo reducir el índice de analfabetismo sino crear condiciones de vida a la población que les permita acceder a nuevos conocimientos y un desarrollo cultural más amplio.
La economía ha ido despegando en los últimos años, al tiempo que también se han destinado mayores recursos a la inversión pública y la extranjera aumentó un 23 por ciento.
Asimismo, la pobreza se redujo un punto porcentual, lo que equivale a que más de 15 mil familias han salido de esa condición.
Esta agenda que haga frente a las realidades de los pueblos latinoamericanos y caribeños para reducir la desigualdad y potencie las capacidades, como naciones y como bloque, es la que El Salvador está decidido a promover como presidente pro témpore de la CELAC.
En este camino buscará una mayor consolidación de los nexos con Rusia, una nación que en los últimos años ha incentivado el intercambio con países latinoamericanos y caribeños.
En opinión de la nación centroamericana, a través de la CELAC pueden Rusia y América Latina cooperar en muchos ámbitos y de hecho las autoridades salvadoreñas trabajan en la conformación de una agenda bilateral.
Ya en el encuentro ministerial del pasado mes de noviembre en el balneario ruso de Sochi, entre el país euroasiático y la CELAC, se diseñó una hoja de ruta para ampliar las relaciones entre Moscú y el bloque integracionista, conformado por 33 naciones.
Bajo la presidencia salvadoreña se incentivará el cumplimiento de este plan que contempla aspectos concretos en materia de seguridad, inversión y comercio, entre otras esferas.
Además, se buscará ampliar y diversificar estos intercambios, pues el bloque regional considera a Rusia como un socio con gran potencial para el desarrollo de una relación sustentada en principios de igualdad, cooperación integral y beneficio mutuo.
Sin dudas, ambas partes trabajarán para continuar afianzando unos nexos que en los últimos años se han desarrollado de forma muy dinámica en lo político, pero que en lo económico y comercial aún tienen grandes potencialidades para beneficio de Rusia y de América Latina y el Caribe.