por Roberto Morejón
Haití podría iniciar una nueva etapa hacia la recuperación después de catástrofes naturales, la prolongada crisis política y los efectos acumulados de la pobreza secular, si las diversas fuerzas del país acatan los llamados a respetar los resultados de los pasados comicios.
El Consejo Electoral Provisional declaró como ganador de las elecciones de noviembre último al empresario bananero Jovenel Moise, del partido Tet Kale, el mismo del ex presidente Michelle Martelly.
Pero NO es fácil que las agrupaciones contendientes en la pasada consulta en las urnas acepten la decisión del tribunal dadas las alegaciones de fraudes y otras irregularidades que con frecuencia se escuchan en Haití.
Sin embargo, el más cercano rival del ahora presidente electo, Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación, con 20 por ciento de los votos, afirmó que NO impugnará los resultados de noviembre, cuando Jovenel Moise alcanzó el primer lugar.
De todas formas se registraron en los últimos días nuevas manifestaciones de descontento con lo acontecido en la votación, aunque diversos gobiernos en América y Europa y fuerzas en Haití llamaron a dejar atrás las objeciones.
Urge, sin dudas, reponerse de las tragedias naturales ocurridas en Haití, primero un terremoto en 2010, luego la epidemia de cólera y un huracán en octubre pasado.
La sacudida telúrica mató a más de 200 mil personas y cerca de 55 mil viven aún en campamentos improvisados, con condiciones de vida deplorables, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones.
El huracán Matthew causó la muerte de más de 500 personas y daños materiales estimados en más de 2 mil millones de dólares.
La devastación agravó la pobreza y desigualdad, sin que sea suficiente la ayuda internacional llegada a cuenta gotas a un país que sí dispone de la ayuda estable de los médicos cubanos.
El presidente electo, Jovenel Moise, tendrá que hacerle frente a esos y otros agudos problemas de su país sin contar con experiencia política, pues su trayectoria ha sido en la rama empresarial.
De 48 años, el Jefe de Estado electo dice añorar el desarrollo del campo, donde esa postura le atrajo simpatizantes que creen ver en él un símbolo de prosperidad personal.
Moise, quien también se dedicó a los negocios relacionados con la generación de energía eólica y solar, pidió a sus compatriotas “pasar la página”, emprender la recuperación económica y trabajar juntos por la paz.
El mensaje conciliador del presidente electo pudiera calar hondo, calmar los ánimos de los rivales políticos y atraer a los miles de jóvenes sin empleo, en la búsqueda de un consenso hasta ahora escurridizo.
