por Nicanor León Cotayo
Otra vez, un anodino periodista del Nuevo Herald, que firma Andrés Reynaldo, lanzó vulgares ataques contra La Habana.
Lo hizo este viernes y enfiló su resentimiento barato hacia el presidente, Raúl Castro Ruz.
¿Iniciativa propia o por encargo?
Un genuino anexionista como Reynaldo, es, en sentido general, adicto a lo segundo.
Le reconozco un mérito, sus escritos constituyen excelentes muestras sobre lo peor del periodismo, “amarillo” le llamarían algunos.
Ahora intentó restar magnitud a la enorme manifestación popular acaecida en La Habana este dos de enero.
Un vicio heredado de la propaganda estadounidense contra la Revolución cubana, maquinaria experta en deformar lo cierto y exacerbar lo ficticio.
O sea, que de acuerdo a lo martillado a Reynaldo durante años, lo sucedido este dos de enero en la capital cubana fue obra de un hombre, no de un principio ni de la reacción de “los agradecidos”.
Pero tropieza con una gran piedra, lo presenciado por millones de personas a lo ancho y largo de la nación y de otros lugares del mundo.
De ahí que el anexionista Reynaldo escriba: “llegó enero y “Raúl Castro sacó a marchar a un millón de obreros, estudiantes, ex combatientes internacionalistas y, no podían faltar, los cuentapropistas”.
¿Qué le molesta al ilustre articulista del Herald respecto a estos últimos?
¿Acaso que se han ido sumando gradualmente a la sociedad donde viven?
Luego para disipar cualquier duda hace una catarsis de estupideces afirmando que el desfile del dos de enero corroboró la “mera función policíaca de las Fuerzas Armadas Revolucionarias”.
No se detiene ahí, porque añade que sus soldados están en plena capacidad de contener cualquier movimiento…de las Damas de Blanco.
¿Quiénes son estas últimas? Un grupo de mujeres que, como todo el mundo sabe, cobran “por salida” y asistir a caminatas dominicales portando letreros con el texto que les dictan.
Carente de argumentos serios, Reynaldo, la emprende sorpresivamente contra relevantes figuras artísticas cubanas.
Entre ellas, un Héroe de la República de Cuba, Antonio Guerrero, a quien prefiere seguir llamando “espía” debido a que se infiltró entre bandas terroristas de Miami para prever y evitar sus acciones.
Además embiste con rabia a otro creador plástico, Kcho, así como al cantante y compositor Amaury Pérez Vidal, y al dúo Buena Fe.
Incluso, no dejó fuera de su lista de odio al actor y director cinematográfico Jorge Perugorría.
He ahí los nuevos aullidos contra Cuba, que evidentemente no serán los últimos.