Por Nicanor León Cotayo

Una periodista del municipio floridano de Miami-Dade, Brenda Medina, reveló este lunes que allí miles de niños y jóvenes carecen de un lugar para vivir.

“Están durmiendo en la calle, en vehículos, edificios abandonados, albergues, o en el sofá de un familiar o alguna amistad", escribió Medina.

Según el Nuevo Herald, en algunos casos sus padres o tutores los echaron de la casa y se mezclaron con el narcotráfico.

En otros, sus familiares no pudieron seguir pagando el alquiler y terminaron viviendo en la calle.  

Hubo situaciones de mal trato que, primero, les impusieron huir, y luego ser víctimas del tráfico de personas.

Cada año Miami-Dade hace un inventario de los “sin techo”, pero sus habitantes entre 13 y 24 años son los menos subrayados en la inspección.

De acuerdo a expertos, estudiantes obligados por las circunstancias a dormir en cuartos de familiares, “sienten vergüenza de reportarlo a sus escuelas”.

Esa misma fuente dio a conocer que durante el período escolar 2015-2016, un total de 6,129 alumnos sin hogar fueron inscritos en escuelas públicas de Miami-Dade.

Agencias que prestan servicios a indigentes y la jefatura de ese condado, realizaron una  investigación entre ellos.
El sondeo incluyó preguntas  como, ¿Te has visto obligado a ofrecer sexo o vender drogas a cambio de un lugar donde vivir?

Aunque parezca difícil de concebir, ello sucede en Miami-Dade, el municipio más importante de la Florida.

Junto a lo dicho buscan recolectar información sobre la incapacidad física o mental que llega a determinar la “siembra” de una persona en la calle.

El fenómeno, entre sus antecedentes, muestra la existencia de una violencia sostenida en aquellos lares.

Por ejemplo, Diario las Américas informó el 26 de junio del 2015 que en uno de sus territorios, Miami, la violencia fue tan lejos, que sus autoridades impusieron un toque de queda para los menores de 18 años.

El periódico se remitió a una orden oficial para notificar que, durante la semana, solo les permitirían estar en la calle hasta las once de la noche.

Añadió que también desde la medianoche del sábado hasta las seis de la mañana del día siguiente.

¿Pretexto increíble? Salvar la vida de sus muchachos ante constantes tiroteos y crímenes que asolaban la ciudad.

Hoy podrían repetir, aproximadamente, lo mismo.

(Tomado de Cubasí)