Recuerdan vinculación israelí en genocidio guatemalteco

بقلم: Arlettys Guevara
2017-01-31 09:47:38

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Tomada de Prensa Latina

Por Guillermo Alvarado

Un informe publicado hace unos días por el sitio The Electronic Intifada, La Intifada Electrónica, llama la atención sobre algo que es un secreto a voces, que está documentado y comprobado, pero que ha escapado al juicio de la historia y las leyes, hablamos de la responsabilidad del Estado de Israel en el genocidio guatemalteco.

Entre 1960 y 1996 el país centroamericano sufrió un conflicto armado interno que dejó más de 200 mil muertos y unos 50 mil desaparecidos, de los cuales el 83 por ciento pertenecían a las comunidades indígenas descendientes de los mayas.

La persecución y eliminación sistemática de estos pueblos fue planificada y cuidadosamente ejecutada por su condición étnica y su potencial revolucionario. Por eso es que se trata de un genocidio, en cuya perpetración participaron directa o indirectamente miembros de la inteligencia y las fuerzas armadas sionistas y muchas de las matanzas se cometieron con armas fabricadas en ese Estado del Oriente Medio.

Las relaciones militares entre Tel Aviv y Guatemala vienen de finales de los años 70 del siglo pasado, cuando el gobierno estadounidense de James Carter cortó la colaboración con el ejército de ese país ante la evidencia de que se estaban llevando a cabo masivas violaciones a los derechos humanos.

Cosa insólita en una nación latinoamericana, las fuerzas armadas sustituyeron en muy poco tiempo todo su arsenal, basado en equipos norteamericanos y otros países de la OTAN, y comenzaron a utilizar pertrechos fabricados en Israel y que habían sido probados en las agresiones contra el pueblo palestino en Gaza y Cisjordania.

El arma reglamentaria de las fuerzas de tierra fue el fusil galil, complementado con la subametralladora Uzi, la fuerza aérea se dotó de aviones Arava y Pilatus, la red de radares de vigilancia que cubrió el país, así como el sistema de comunicaciones del ejército, los montaron técnicos israelíes y asesores de esa nacionalidad se encargaron de entrenar a los oficiales en tácticas contrainsurgentes.

La inteligencia, la temible G-2, responsable de miles de secuestros, torturas y asesinatos, fue preparada por especialistas sionistas. Ya en los años 80 era común en los círculos de la derecha guatemalteca hablar de la “palestinización” de los indígenas.

Para hacer más efectiva esta colaboración se creó en el norte del país una fábrica militar que entre otras cosas producía municiones para el galil.

Las operaciones militares planificadas durante el gobierno del golpista Efraín Ríos Montt, entre marzo de 1982 y agosto de 1983, que se tradujeron en decenas de miles de muertos y cientos de pueblos desaparecidos, se hicieron con tecnología y el asesoramiento israelí.

Aunque ha habido intentos de juzgar y sancionar a algunos responsables del genocidio, jamás se ha hablado ni siquiera de interrogar a los oficiales israelíes involucrados en estas acciones o de abrir archivos que contengan información.

Terminó la guerra, el ejército guatemalteco retornó a la tutela militar estadounidense, pero la presencia de Israel se mantiene allí, ahora bajo la forma de grupos de seguridad privados, como la corporación Golán, en ocasiones más poderosa y operativa, y mejor armada, que la misma policía nacional civil. Mucha tela por donde seguir cortando en este tema.



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