por María Josefina Arce
La reelección de Venezuela para presidir el Comité Especial de la ONU para la descolonización habla del prestigio que en 18 años de Revolución Bolivariana se ha ganado el país sudamericano por su trabajo en el plano interno a favor de los más pobres y en lo internacional por su defensa de la paz y la soberanía.
El representante permanente de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez, agradeció la confianza nuevamente depositada en su país, que confirma además, el buen trabajo de Caracas al frente de ese Comité del organismo internacional.
Lo cierto es que la Revolución Bolivariana ha desarrollado una política exterior basada en el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, y ha hecho hincapié en lograr la real y verdadera independencia de América Latina y el Caribe, tomando como inspiración el ideario de próceres como El Libertador, Simón Bolívar, y el Héroe Nacional de Cuba, José Martí.
Igualmente ha extendido sus relaciones bilaterales hacia todas las latitudes. Cada vez cobran más vitalidad los vínculos de Caracas con China, Rusia, Vietnam, Corea del Norte, Irán y Bielorrusia, entre otros estados.
Con África también ha promovido un acercamiento y en ese contexto, la isla venezolana de Margarita fue sede en septiembre de 2009 de una primera cumbre entre América del Sur y el llamado continente negro. Se creó así un mecanismo multilateral para trazar objetivos comunes y profundizar la colaboración solidaria y mutuamente provechosa entre ambas regiones.
Venezuela también ha trabajado incansablemente por la integración de la región, sin injerencias y condicionamientos de otras naciones. Entre sus resultados concretos tenemos el nacimiento de mecanismos integracionistas como PETROCARIBE, ALBA, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, UNASUR, Unión de Naciones Suramericanas, y la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños.
Como presidenta del Comité Especial de la ONU para la Descolonización Venezuela ha reiterado su compromiso con ese proceso, y ha insistido en que no puede ser neutral y es firme partidaria de la real soberanía de los pueblos y de su derecho a escoger su propio camino.
En la actualidad pese a lo avanzado desde la adopción por la Asamblea General en 1960 de la resolución 1514 sobre la descolonización, aún quedan 17 territorios no autónomos, más el caso de Puerto Rico, colonia desde 1898 de Estados Unidos, que se empeña en negar esa condición, al calificarla con el engañoso término de Estado Libre Asociado.
Por eso, durante 2017 en este nuevo mandato al frente del Comité Especial buscará Venezuela consolidar su labor y dar preeminencia al organismo que estaba en vías prácticamente de desaparecer por las fuertes presiones de países que como Estados Unidos, Reino Unido y Francia tienen la mayoría de las posesiones coloniales.
Sin embargo, una vez más Venezuela recurrirá al diálogo franco y abierto con todas las partes para avanzar en el objetivo de poner fin al colonialismo en el mundo, vigente aún hoy en violación de los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas.
