Por: Roberto Morejón
La potencia eléctrica en Cuba cuenta con más de cinco mil 600 megawatt, de ellos una parte pertenecen a termoeléctricas distribuidas en siete grandes centrales, con baja eficiencia y añejas, de ahí la importancia de modernizarlas.
Atendiendo a los programas de desarrollo económico y al imperativo del ahorro, el Estado asignó recursos para construir la mayor central eléctrica diésel del país, ubicada en la surcentral provincia de Cienfuegos.
Situada contigua a la refinería de petróleo, una empresa mixta con Venezuela, el nuevo enclave contará con 40 motores de tecnología alemana para generar 84 megawatt hora.
Cuando se concluya al final de año deberá garantizar el 60 por ciento del consumo de Cienfuegos como parte de los planes del Ministerio de Energía y Minas de instalar 200 MW a partir de la generación con diésel, una alternativa al crudo convencional.
Con vistas a sustituir en la medida de los limitados recursos las viejas centrales termoeléctricas por tecnología moderna y eficiente, se construye una obra de similar tecnología a la de Cienfuegos, más pequeña, en la occidental provincia de Matanzas.
Además, Cuba incorporará 800 megawatt a su sistema electroenergético nacional entre 2022 y 2024 con un crédito estatal ruso de hasta mil 200 millones de euros.
Con ese monto se construirán cuatro nuevas unidades generadoras de electricidad en el occidente del archipiélago que ampliarán la capacidad y cubrirán la demanda de los sectores estatal y doméstico.
De forma paralela, se incorporan a la capital miles de luminarias con la eficiente tecnología LED (diodo emisor de luz), con el objetivo de mejorar el alumbrado público y ahorrar combustible al sustituir las lámparas de sodio.
La Empresa Eléctrica habanera también rehabilita las redes para sustituir los cables aéreos de control del alumbrado por otros con forro y soterrados.
En el balneario de Varadero quedó concluida la línea soterrada de 110 kilovoltios, de doble circuito, de vital importancia para el desarrollo actual y futuro del turismo.
Otra alternativa de desarrollo es el empleo del gas acompañante del petróleo, extraído de los yacimientos locales, a fin de generar electricidad.
En 2015 se puso en marcha una nueva fase del llamado ciclo combinado en la Empresa Mixta Energas, integrada por compañías cubanas y la canadiense Sherritt. Junto a estas inversiones, están en marcha las relacionadas con el fomento de las fuentes renovables mediante el uso de las energías limpias.
Sin amplios recursos naturales y financieros, Cuba trata de disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y de añejas termoeléctricas, muchas de ellas con tecnología del desaparecido campo socialista.
