por María Josefina Arce
Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en La Habana en 2011, contemplan priorizar, a corto plazo, la sustitución de importaciones de aquellos alimentos que puedan ser producidos eficientemente en Cuba, dado que el país invierte anualmente unos 2 000 millones de dólares en el 80% de los productos que consume.
En ese camino el documento resalta la necesidad conceder una mayor importancia al programa de la agricultura urbana, suburbana y familiar, experiencia que señala debe extenderse a todo el territorio cubano.
Su apuesta es mejorar el potencial productivo de cada localidad, siempre en armonía con el entorno urbanístico, preservando la biodiversidad, cuidando la fertilidad de los suelos y promoviendo la seguridad alimentaria, basada en principios de sostenibilidad y equidad de género.
Hasta 2020 se invertirán más de 96 millones de dólares para potenciar estas modalidades de producción de alimentos, ante el reto que plantean las irregularidades de las condiciones climáticas, como la intensa y prolongada sequía que afecta a gran parte del país caribeño.
De hecho en el pasado año el 59 % del país tuvo déficits en los acumulados de precipitaciones, siendo las provincias de Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas y Guantánamo las más afectadas, lo que incidió en la agricultura.
Ahora con esta nueva inversión, que cuenta con un 80 % de financiación de proyectos internacionales y un 20 % de crédito estatal cubano, se irá al desarrollo del riego, la producción de semillas, de abonos orgánicos, manejo agroecológico y uso de energía renovable, entre otros aspectos, explicó el secretario ejecutivo del programa nacional de agricultura urbana en Cuba, Nelson Campanioni.
El programa cubano tiene como principal objetivo la recuperación e incremento de los huertos urbanos denominados organopónicos, con el fin de garantizar un surtido de frutas y hortalizas frescas todo el año.
La meta es producir en 2019 un volumen de más de un millón de toneladas en 10.000 hectáreas.
Esta estrategia, calificada como una solución efectiva para incrementar la disponibilidad de productos agrícolas a la población, ha tenido importantes resultados en los 29 subprogramas que la integran, lo cual posibilita considerables ahorros a la economía del país.
No obstante, los expertos estiman que en aras de avanzar y lograr mejores resultados es necesario potenciar la práctica de intercalar los cultivos, con vistas a alcanzar un mayor uso de las áreas disponibles y obtener producciones adicionales en terrenos con plantaciones más prolongadas.
Para elevar la eficiencia del proyecto se llevan a cabo talleres y cursos de capacitación, que permiten renovar los conocimientos de las personas involucradas, muchas de las cuales son mujeres, siendo esto otro logro de esta iniciativa.
Asimismo al tiempo que el país avanza hacia la seguridad e independencia alimentaria, el programa de agricultura urbana, suburbana y familiar ha posibilitado además, un beneficio para la salud, pues propicia el consumo de alimentos frescos y de ese modo mejoras en la ingesta de vitaminas y minerales para combatir la obesidad, un problema de salud en el mundo.
